Una Iglesia pobre y para los pobres.
2013-09-11
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26
En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo: «Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!».
Oración introductoria
Señor, el camino de las bienaventuranzas es la única vía para llegar a Ti. Éste es el sendero de luz que los santos se han esforzado en recorrer. Ilumina mi oración y dame la gracia de dejarte actuar en mí y así poder ser pobre de espíritu, humilde, hambriento de justicia, misericordioso, puro de corazón y trabajador por la paz y los pobres.
Petición
Señor, que nunca olvide que me has creado y me ofreces la gracia de poder experimentar tu amor, hoy, y en la eternidad. Que la aspiración de estar contigo arda siempre en mí y me ayude a superar toda dificultad, todo temor y toda tribulación.
Meditación
Una Iglesia pobre y para los pobres.
«El cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: “No te olvides de los pobres”. Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!» (S.S. Francisco, 16 de marzo de 2013).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón
Propósito
Regalar un objeto que me sirve, y me gusta, a una persona necesitada.
«¿Por qué no te decides a ser un auténtico cristiano? Cambiarías tú y ayudarías a cambiar el mundo?»
(Cristo al centro, n. 2138).