Nuestro guía y defensor.
2013-09-13 Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-42
En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: «¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: “Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo”, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano».
Oración introductoria
Señor, quiero dejarme transformar por tu amor, en la oración, en la Eucaristía, en mi trato con los demás. Te pido que en esta oración me ayudes a profundizar en esta verdad, pues sólo si me lleno de Ti podré ser el discípulo y misionero que la Iglesia necesita.
Petición
Jesús, lléname de Ti para poder darte a los demás.
Meditación
Nuestro guía y defensor.
«¡Qué bello es escuchar esto! Cuando uno ha sido convocado por el juez o tiene un juicio, lo primero que hace es buscar a un abogado para que lo defienda. Nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las insidias del diablo, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados.
Queridos hermanos y hermanas, tenemos este abogado: ¡no tengamos miedo de acudir a él a pedir perdón, a pedir la bendición, a pedir misericordia! Él nos perdona siempre, es nuestro abogado: nos defiende siempre ¡No olviden esto! La Ascensión de Jesús al Cielo nos permite conocer esta realidad tan consoladora para nuestro camino: en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad ha sido llevada ante Dios; Él nos ha abierto el camino; Él es como un guía cuando se sube a una montaña, que llegado a la cima, nos tira hacia él llevándonos a Dios. Si confiamos a Él nuestra vida, si nos dejamos guiar por Él estamos seguros de estar en buenas manos, en las manos de nuestro Salvador, de nuestro abogado» (S.S. Francisco, 17 de abril de 2013).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón
Propósito
Leer esta semana los números 2838 al 2845 del Catecismo de la Iglesia Católica sobre el perdón a los que nos ofenden.
«No defrauden a Dios; no defrauden a las almas que anhelan el amor misericordioso de Dios, amor que ustedes podrán hacerles llegar con su fidelidad, su generosidad, su celo»