El signo de la presencia de Dios.
2014-02-18
Oración preparatoria
Señor, gracias por tu paciencia y comprensión. Porque creo en Ti, confío en tu misericordia y, sobre todo, porque te amo, quiero encontrarme contigo en la oración; pero temo tener mi mente embotada, centrada sólo en mí. Por eso dame la gracia de mantener una disposición de humildad y de docilidad para ser capaz de convertirme en levadura en medio de un mundo alejado de Ti.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Dios mío, dame la sabiduría para comprender y vivir la Buena Nueva del Evangelio.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 14-21
En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: «Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes». Entonces ellos comentaban entre sí: «Es que no tenemos panes».
Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: «¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ‘¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen?’ ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?» Ellos le contestaron: «Doce». Y añadió: «¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?». Le respondieron: «Siete». Entonces Él dijo: «¿Y todavía no acaban de comprender?».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
El signo de la presencia de Dios.
«Los discípulos fueron entusiastas, preparaban programas, planes para la futura organización de la Iglesia naciente, discutían sobre quién era el más grande e impedían hacer el bien en el nombre de Jesús a los que no pertenecían a su grupo. […]
Los discípulos no comprendían: lo entiendo, los discípulos querían eficacia, querían que la Iglesia siga adelante sin problemas y esto puede convertirse en una tentación para la Iglesia: ¡la Iglesia del funcionalismo! ¡La Iglesia bien organizada! ¡Todo bien pero sin memoria y sin promesa!
Esta Iglesia así, no avanzará: será la Iglesia de la lucha por el poder, será la Iglesia de los celos entre los bautizados, y muchas otras cosas que están allí cuando no hay memoria ni promesa.
Por lo tanto, la vitalidad de la Iglesia no está dada por los documentos y reuniones para planificar y hacer bien las cosas: estas son realidades necesarias, pero no son el signo de la presencia de Dios» (S.S. Francisco, 30 de septiembre de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Voy a comprometerme a un estudio regular de mi fe mediante la lectura y reflexión del Catecismo o del Compendio del Catecismo, para descubrir la presencia de Dios en mi vida.
«Con la luz de su mirada, con la fortaleza de su brazo, con el fuego de su amor, con la irrupción de su Espíritu en nuestras almas, ¿qué no seremos capaces de hacer? ¿Cómo no entregarnos plenamente a este Amor infinito, que es Él mismo en persona?»