El espíritu del mundo.
2014-05-24
Oración preparatoria
Señor, inicio haciendo un acto de sincera humildad y arrepentimiento, no soy digno de Ti porque la atracción del mundo me domina frecuentemente, pero confío en tu misericordia y en el poder transformante de tu gracia. Permite que sepa abrir mi corazón y mi voluntad para tener un encuentro íntimo contigo en esta oración.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Concédeme, Señor, la sabiduría para comprender los signos de los tiempos.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan que me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.
Acuérdense de lo que les dije: “El siervo no es superior a su señor”. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
El espíritu del mundo.
El Señor quiere que entendamos lo que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo, en la historia... ¿Qué significa que suceda esto? ¡Estos son los signos de los tiempos! Sin embargo, el espíritu del mundo nos hace otras propuestas, porque el espíritu del mundo no nos quiere pueblo: nos quiere masa, sin pensamiento, sin libertad.
El espíritu del mundo quiere que vayamos por un camino de uniformidad, pero, como advierte san Pablo, el espíritu del mundo nos trata como si nosotros no tuviéramos la capacidad de pensar por nosotros mismos, nos trata como personas no libres.
El pensamiento uniforme, el pensamiento igual, el pensamiento débil, un pensamiento así difuso. El espíritu del mundo no quiere que nosotros nos preguntamos delante de Dios: ´¿Pero por qué esto, por qué lo otro, por qué sucede esto? O también nos propone un pensamiento según los propios gustos: ´¡Yo pienso como me gusta!´ Pero eso va bien, dicen ellos.... Pero eso que el espíritu del mundo no quiere es esto que Jesús nos pide: el pensamiento libre, el pensamiento de un hombre y de una mujer que son parte del pueblo de Dios y ¡la salvación ha sido precisamente esta! (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Limitar hoy el tiempo que dedico a mi esparcimiento en la televisión, o en el internet, y leer un buen libro.
«En Dios coincide perfectamente lo que Él piensa de nosotros y lo que realmente somos: somos lo que Dios piensa de nosotros. En los hombres muchas veces difiere el pensar y el ser. Por eso, no busques lo que piensen los hombres, busca realizar el pensamiento de Dios»