No dejarse engañar.
2014-06-25
Oración preparatoria
Señor Dios, creo en Ti, espero y confío en tu amor. Quiero apartarme de mis preocupaciones, de todo lo que pueda ser factor de distracción, para poder hacer una verdadera oración que produzca frutos y así, cuando lo dispongas, sea hallado fiel en el cumplimiento de mi misión.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Señor Dios, permite que esta oración me ilumine para recorrer el camino que me puede transformar en un fruto bueno, merecedor de tu misericordia.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor.
Esta alocución de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el Siglo XXI. Él nos repite: “Miren, no se dejen engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre”.
Es una invitación al discernimiento. Esta virtud cristiana de comprender dónde está el Espíritu del Señor y dónde está el mal espíritu. También hoy, en efecto, hay falsos “salvadores”, que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, también brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: «¡No los sigan!» (Cf. S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Hacer un balance al finalizar el día para revisar si he tenido a Cristo presente en mis actividades. Proponerme un medio concreto para mejorar lo que deba mejorar.
«Ya tienes larga experiencia del poco fruto y el poco desarrollo interior obtenido en esa gastada rutina del auto reproche. Procura sondearte más allá de la fachada de racionalización, empleando más los elementos de la fe»
(Cristo al centro, n. 464).