Hablar con imágenes.
2014-07-24
Oración preparatoria
Jesús, confío en tu Providencia y te amo. Permite que la certeza de mi fe sea siempre mayor que la de mis pobres cálculos y razonamientos, muy frecuentemente influenciados por mi egoísmo o soberbia.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Señor, concede, benigno, que me transforme en tu discípulo y misionero, para trasmitir con eficacia la fe hacia otros.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?» Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
«Recordemos algunos recursos prácticos, que pueden enriquecer una predicación y volverla más atractiva. Uno de los esfuerzos más necesarios es aprender a usar imágenes en la predicación, es decir, a hablar con imágenes. A veces se utilizan ejemplos para hacer más comprensible algo que se quiere explicar, pero esos ejemplos suelen apuntar sólo al entendimiento; las imágenes, en cambio, ayudan a valorar y aceptar el mensaje que se quiere transmitir. Una imagen atractiva hace que el mensaje se sienta como algo familiar, cercano, posible, conectado con la propia vida. Una imagen bien lograda puede llevar a gustar el mensaje que se quiere transmitir, despierta un deseo y motiva a la voluntad en la dirección del Evangelio. Una buena homilía, como me decía un viejo maestro, debe contener “una idea, un sentimiento, una imagen”» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 157).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Participar en una hora eucarística para pedirle al Espíritu Santo la gracia de saber comunicar mi fe con mi testimonio y, cuando sea necesario, con mi palabra eficaz.
«Mientras más fe tengas mayor será la alegría de tu vida en este valle de lágrimas»
(Cristo al centro, n. 945).