La mayor fuerza de transformación.
2014-07-30
Oración preparatoria
Señor Dios, que has hecho del amor a Ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, permite que cumpliendo tus mandamientos merezca llegar a la vida eterna, por tu infinita misericordia.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Jesús, dame un corazón dócil, sencillo, dispuesto a dejarse transformar por tu amor misericordioso.
Texto base para entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.
El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra».
Palabra del Señor.
Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)
«El amor es la mayor fuerza de transformación de la realidad, porque derriba los muros del egoísmo y colma las fosas que nos tienen alejados a unos de otros. Y esto es el amor que viene de un corazón cambiado, de un corazón de piedra que es transformado en un corazón de carne, un corazón humano. Y esto lo hace la gracia, la gracia de Jesucristo que todos nosotros hemos recibido.
¿Alguno de vosotros sabe cuánto cuesta la gracia? ¿Dónde se vende la gracia? ¿Dónde puedo comprar la gracia? Nadie sabe decirlo: no. ¿Voy a comprarla a la secretaria parroquial? ¿A lo mejor ella vende la gracia? ¿Algún sacerdote vende la gracia? Oíd bien esto: la gracia no se compra ni se vende; es un regalo de Dios en Jesucristo. Jesucristo nos da la gracia. Es el único que nos da la gracia. Es un regalo: nos lo ofrece a nosotros. Tomémosla. Es bello esto. El amor de Jesús es así: nos da la gracia gratuitamente, gratuitamente. Y nosotros debemos darla a los hermanos, a las hermanas, gratuitamente» (S.S. Francisco, 17 de junio de 2013).
Diálogo con Cristo
Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.
Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)
Leer y reflexionar el salmo 37: «Sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón».
«Este amor de tal manera ha de prender en nosotros, que nos transforme y haga otros Cristos»
(Cristo al centro, n. 60).