Nuestro particular estilo de vida: cruz y alegría.
2015-02-05
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, conoces mi corazón, mis pensamientos, mis deseos e intenciones, buenas o malas. Sé que me quieres a pesar de todos mis defectos y rincones oscuros. Gracias por su paciencia y tu perdón. Gracias por las innumerables gracias que diariamente me das, aunque sabes que muchas veces no las aprovecho como debería, por eso ahora pongo en tus manos este precioso momento de oración.
Petición (pide la gracia que buscas obtener con tu oración)
Señor, que este oración abra mi corazón para acoger tu llamada de tal manera que me entregue completamente a Ti, sin cálculos ni beneficios personales.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26
En aquel tiempo, Jesús le dijo a la multitud: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Porque el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero él que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?
Por otra parte si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga revestido de su gloria y de la del Padre y de la gloria de santos ángeles”.
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (si te sirve, lee esto que dijo el Papa)
«Este estilo de vida nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el camino del egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino es abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, de anula miento, ese camino ha sido para dar vida. El estilo cristiano es precisamente este estilo de humildad, de dulzura, de mansedumbre. Quien quiere salvar la propia vida, la perderá. Y esto hay que vivirlo con alegría porque la alegría nos la da Él mismo. Seguir a Jesús es alegría, pero seguir a Jesús con el estilo de Jesús, no con el estilo del mundo. Seguir el estilo cristiano significa recorrer el camino del Señor, cada uno como puede, para dar vida a los otros, no para darse vida a sí mismo. Es el espíritu de la generosidad. Además, nuestro egoísmo nos empuja a querer aparecer importantes delante de los otros. Sin embargo, el libro de Imitación de Cristo nos da un consejo bellísimo: «Ama no ser conocido y ser juzgado como nada». Es la humildad cristiana, lo que ha hecho Jesús antes. Esta es nuestra alegría, y esta es nuestra fecundidad: ir con Jesús. Otras alegrías no son fecundas; solamente piensan - como dice el Señor - en ganar el mundo entero, pero al final pierde y estropea la vida. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 6 de marzo de 2014, en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
(Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama)
Propósito
(Proponte uno personal: ¿qué? El que más amor implique… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación)
Para que nunca sea indiferente al dolor de los demás, participar, preferentemente en familia, en una hora eucarística para pedir por todos los que en la aflicción y la dificultad se sienten solos.
«Quien le ame mucho verá que puede padecer mucho por Él; el que le ame poco, poco. Tengo yo para mí que la medida de poder llevar gran cruz o pequeña es la del amor.»
(Santa Teresa, Camino de perfección)