A dos manos. Así ha estado Macron echando gasolina injerencista a varios fuegos, hasta que al final saltaron unas chispas que lograron quemarle. En ese 'Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago', su manipulación y doble rasero han quedado claramente al descubierto, si era posible que su papel fuera más claro.
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Al respecto, Sergio Fernández Riquelme, Dr. en Política Social y Sociología de la Universidad de Murcia, observa que "el señor Macron con un índice de aprobación de sólo un 27% de la ciudadanía, está viendo cómo Italia reconoce las demandas de los chalecos amarillos que en las últimas encuestas para las elecciones [parlamentarias] europeas llegan al 13%".
"Macron, como punta de lanza de la UE que está reconociendo Gobiernos sin procesos electorales, que injiere en países como Serbia o Macedonia que tradicionalmente han estado en la esfera de Rusia, ahora ve cómo el Gobierno italiano, sobre todo el M5S de Luigi di Maio, recoge las demandas de un sector de la población que en Francia está siendo marginado, que está protestando contra medidas que atentan directamente contra la ciudadanía", manifiesta el analista.
Tan en evidencia quedó Macron, que desde su propio territorio le enmendaron la plana. Tras entrevistarse con el jefe de Estado galo en el Elíseo, el diputado Jean-Luc Mélenchon insistió en su apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro al comparar la crisis venezolana con la que atraviesa su propio país, sumido en las protestas de los 'chalecos amarillos'.
Para Mélenchon, "no es bueno reconocer a un aventurero; si uno hace eso, mañana el señor [Eric] Drouet será presidente de la República [francesa]", afirmó aludiendo a una de las figuras más visibles y mediáticas de los chalecos amarillos.
El Dr. Fernández Riquelme remarca que Francia y otros países occidentales tienen problemas de desempleo, pobreza, desigualdad, problemas internos a nivel territorial o a nivel político, y en vez de solucionarlos, se están dedicando en los últimos años a políticas neocoloniales puras y duras.
"Francia es el gran ejemplo. En África interviene directamente en los Gobiernos de sus antiguas colonias: en Mali, en el centro de África, sin que nadie proteste, sin que nadie investigue por qué Francia interviene allí y con qué intereses", indica el experto.
Pero las artes injerencistas de Macron no se limitan ni en tiempo, ni en espacio. Decidió no participar en la Conferencia de Seguridad a realizarse en Múnich entre los días 15 y 17 de febrero donde debía pronunciar un discurso conjunto con la canciller alemana, Angela Merkel.
Así, este viernes en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keite, la canciller alemana, Angela Merkel, declaró que la UE alcanzó un acuerdo sobre el gasoducto Nord Stream 2, que según sus palabras fue posible porque Alemania y Francia trabajaron juntos.
No obstante, eso no impidió que Merkel disparara contra Macron, que previamente había acusado a Alemania de forma pertinaz de incrementar su dependencia energética de Rusia. Merkel declaró que "no sería una dependencia unilateral", al explicar que Alemania ampliará sus terminales de gas con "gas licuado".
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Se preguntó Merkel: "¿Nos hacemos dependientes de Rusia debido a este segundo gasoducto? Yo digo que no, si nos diversificamos. Alemania ampliará sus terminales de gas con gas licuado. Con estos ataques contra Alemania por el Nord Stream 2, ¿no estaría Macron interfiriendo en las políticas energéticas y económicas de dos países soberanos como son Alemania y Rusia?
"Alemania basa gran parte de su poderío económico en el gas que viene de Rusia. Un gas barato, un gas que realmente es una de las alternativas medioambientales más importantes que hay, y que Francia, Inglaterra y EEUU intentan evitar que siga llegando a precios competitivos y a través de nuevos gasoductos que se están realizando en el norte [Nord Stream 2] e incluso en el sur de Europa, el Turkish Stream, que también quieren que se paralice para que los países balcánicos rompan su relación histórica con Rusia y se lancen de manera totalmente dependiente a manos de la UE", concluye el Dr. Sergio Fernández Riquelme.