Nací sin nada, no tengo nada, y al final del día no me llevare nada de este mundo.
Lo único que tengo es mi palabra, por eso no se la doy a nadie así por así.
...
Porque mi palabra siempre camina antes que yo. Llega antes que yo y me
representa en cualquier lugar, con cualquier persona o bajo cualquier condición.
Mi palabra es mi personalidad, mi carácter, mi fuerza y mi absoluta responsabilidad.
Mi palabra es irrompible, inmovible e imposible de detener, porque mi palabra
es solo una y siempre lleva mi último aliento de vida.
Robert B. Mackenzie