Oh hermosa luna
testigo de los enamorados,
juez de los no bien aventurados
vela de los apasionados…
Acompañante de los desolados
que bajo tu sombra levantan las manos hacia ti
exigiendo un amor que no pudo ser
O un amor que jamás lo fue…
Y que bajo tu velo se desahoga para no ser vista su verdadera esencia.
En la dulce agonía de la noche se oyen los cantos de los corazones
unos llorando otros cantando…
y estos son las peticiones de los hombres.