Horas placenteras
Las notas de romance y tiernas melodías,
Me transportan a perpetuar en mi corazón,
Los bellos recuerdos del amor de esos días,
Y revivir tus caricias con cálida vibración.
Que divino fue ese espacio de vida y pasión,
Nos olvidamos del mundo y sus preceptos,
Nos amamos con infalible ternura y emoción
Obviamente que no tuvimos muchos adeptos.
Querida cuando pienso en ti mis ojos lloran,
De angustia, de tristeza y una infinita alegría,
Tú me diste ese calor que a veces ignoran,
Los que tienen en su interior el alma sombrìa.
En mi esencia te guardo con sigilo amada,
Añoro la calleja que caminamos con unción,
En las horas de soledad te evoco mí adorada,
Siento en mis manos el latir de tu corazón.
No olvides que mi ser se prolongo en tu vida,
En una tarde ardiente y luminosa del verano,
Mas el destino nos tributó una impía despedida,
Por siempre recordaré tu bello candor humano.
Los años van cubriendo esa afligida experiencia,
De aquel romance leal, espinoso y de tormento,
Cómo puedo olvidar que disfruté de tu paciencia,
Y estos relatos fugaces laceran mi sentimiento.
Al fin el tiempo ha dejado sus huellas en el alma,
Quizá me pienses cuando libes una copa de licor,
De aquellas que brindamos juntos con toda calma,
En una noche, en una puerta, esperando el albor.
Luis G Machado S.