Una buena medida preventiva contra la hipertensión es controlarse la presión arterial por lo menos cada 15 días.
A cargo de ROSA M. CUBELA
Los especialistas plantean que la mayoría de los hipertensos no saben que padecen la enfermedad. En una persona con presión arterial alta, el corazón debe trabajar más para bombear la sangre y sufre agotamiento. Si este problema no se trata, se producen daños irreversibles en el corazón, en el cerebro (se acelera la arteriosclerosis) y en los riñones (uno de cada dos hipertensos termina con algún grado de insuficiencia renal). Cuanto más altos son los valores de la presión, más corto es el promedio de vida de las personas.
El 90 por ciento de los hipertensos no tienen una causa orgánica mientras que el factor hereditario puede ser una causa fundamental para desarrollarla. Existen además una serie de elementos que pueden modificarse y que también colaboran para padecer la enfermedad. Entre ellos figuran el sobrepeso, el estrés, la obesidad, el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y la edad.
¿Qué papel juega la sal?
Las sociedades primitivas habitualmente no agregaban sal a sus comidas y tenían niveles de presión arterial muy bajos, no desarrollaban hipertensión.
Las sociedades modernas ingieren progresivamente más sal en su alimentación (conservas, embutidos, comidas procesadas) y padecen la enfermedad.
Esto ha generado investigaciones médicas en las que se ha podido hallar una relación con los niveles de consumo de sal. En las grandes ciudades del mundo occidental se calcula que el consumo de sodio es entre 15 y 25 veces mayor que el de sociedades primitivas. Esto se debe a que además de la sal que se agrega a los alimentos para darles sabor, se consumen alimentos con alta concentración de sodio por ser alimentos conservados o enlatados, que llevan aditivos insípidos que no alteran su sabor original, pero también son sales de sodio.
Por eso, las modificaciones en el estilo de vida constituyen el único tratamiento en el hipertenso leve. Entre esas medidas hay que tener en cuenta la reducción del consumo de sal.
Alternativas a la sal
Una persona que se asegura una ingesta adecuada de calcio, potasio y magnesio acentúa el efecto hipotensor de la restricción de sodio y aumenta su eliminación urinaria. Estos minerales se aportan con una variedad de alimentos que incluyan cereales integrales, legumbres, frutas, hortalizas, jugos naturales, y lácteos.
Evitar comer alimentos salados o disminuir la cantidad de sal que se agrega al cocinar y en la mesa no significa que los platos deben ser insípidos. No se aconseja usar más sal que la necesaria. Hay que tener en cuenta que hay productos que tienen algo de sodio natural y cuando se les agrega más sal, se les está duplicando esa cantidad, algo innecesario y para algunos, perjudicial.
Se puede comer con gusto y agregar otras hierbas y aderezos en cada plato como limón, laurel, apio, comino, romero, jengibre, mostaza en polvo, extracto de naranja, canela, anís, pimienta, albahaca, perejil, vinagre y aceite, entre otros.
Para tener en cuenta:
La hipertensión puede provocar graves daños en el cuerpo, corazón y riñones.
Para bajar la presión se debe controlar el peso, reducir el consumo de sal y evitar el exceso de alcohol.
La actividad física moderada realizada habitualmente ayuda a reducir la hipertensión.
Se aconseja, para controlar la presión, llevar una vida tranquila y sin emociones internas y permanecer bajo un control médico.
Una buena medida preventiva contra la hipertensión es controlarse la presión arterial por lo menos cada 15 días.
Para la reducción de la presión se recomienda comer pescado dos veces por semana como mínimo.
Algunas pastillas anticonceptivas pueden provocar un alza en la presión.
Uno de los principales problemas con el que se encuentra el hipertenso es que no sufre síntomas, la enfermedad provoca daños en forma lenta y silenciosa