Mis palabras quisieron llegar a tu piel,
deslizarse por tus cabellos,
mojar suavemente tus ojos con lágrimas de un amor añejo.
Corrieron por tu espalda, subieron por tu cuello
y en tus labios se detuvieron para decirte que te necesitan
que es tu voz por la que viven.
Bajaron a tus manos y jugaron con tus dedos,
se enredaron en ellos suavemente
dudaron en seguir el camino,
esperaron que llegara la noche,
mientras tú dormías planearon todo con sigilo.
Después se colaron en tus sueños
y te susurraron al oído -te amo, te amo-
Así que no te extrañe que al despertar
te sientas con ganas de amarme,
con ganas de repetir lo que mis palabras te dijeron
no temas, es un síntoma tan normal...
A mi me pasa todos los días.