Estaba allí formando, de la quietud su parte,
desde huidos cielos, amantes, engarzados,
diadema colosal del mundo y sus legados,
estático en el beso, dejado entre su arte..
Estaba allí, fundiéndose en hogueras,
aquellas que quisiera, quemaran su paisaje.
Apenas dibujado, como caudal de viaje,
eterno entre las pausas de todas las esperas.
El eco de la ausencia de besos tan ansiados,
caudal enmoheciendo en piedra montañosa,
formó claro riachuelo en la pradera airosa,
reverdeciendo aromas de tiempos olvidados.
Saliendo de la sombra, la dicha del milagro,
en encendidos ramos rodeaba a la esperanza.
Amante imagen siente, moldeando su templanza
dejando en la tristeza, la voz de su letargo.
Cual leve mariposa de etérea libertad,
un exquisito beso de puro amor formado,
unióse boca a boca, de dicha consagrado.
Amor desde el milagro, amor de eternidad..
María Marta Britos.