En cierta ocasión se encontraba un sabio Maestro
sentado a la orilla de un río junto con sus discípulos.
Uno de ellos le preguntó:
-Si me cayera al agua ¿me ahogaría?
-No, le respondió el Maestro.
No es el caerte al agua lo que hace que te ahogues,
sino el quedarte dentro
Lo que dejamos de hacer es muchas veces más perjudicial
que lo que hemos hecho antes y nos ha ocasionado malestar.
Siempre se ha dicho que lo más grave no es caer sino no levantarse.
Las enfermedades se vencen con remedios oportunos.
Vivimos mejor cuando se nos educa en realismo
para aceptar los errores y sacar valiosas lecciones de las crisis.
No hay qué temer a las crisis
sino a la actitud pasiva o angustiosa frente a las mismas,
ya que toda crisis enseña algo y es un llamado
a corregir errores o a llenar vacíos.
No debemos perder energías en culparnos
o culpar a otros por las fallas, sino esmerarnos en buscar soluciones.