Fue un atardecer de invierno
cuando en segundos palidecí
¿Qué estaba sucediendo?
sólo murmullos me rodeaban
¡Ya no. ya no más! Falleció …
¿A quién le hablan, qué dicen?
quedé quieta sin comprender
Luego gritos de la enfermera
sacudiéndome una y otra vez
Apenas en susurro quedo dije
¿Qué debo hacer, que se hace?
¡Corra a casa y traiga ropa!
¿Entiende? Ella está muerta.
Enmudecí… y como autómata
Llegue a casa sin comprender
aún, por donde debía empezar
qué era lo adecuado en ese caso
Hasta que desperté de ese sopor
eligiendo lo que debía vestir…
Recordé que decían que el cuerpo
se enfría y vestirlos se hacía difícil
Corría y corría sin siquiera llorar
Y había más que hacer, mucho mas
como si hasta ahí era poca cosa
Organizar el velatorio y el funeral
escoger el féretro, todo era poco
tan poca cosa para ella, nada…
Nada combinaba, se veía tan bella
nada que denotara que no respiraba
Tuve que hacerme fuerte y ocuparme
que todo saliera como correspondía
me olvidé de mí, de gritar y de llorar
Ella estaría cómoda como una reina
Un gran arreglo de hermosas flores
regalo mío a los pies de su ataúd…
"Amigos, no es una posía,
es un triste recuerdo de
esa fatídica tarde
que me tocó vivir."
Soladad del sol