¡¡¡ EL HORNO DEL PAN !!!
***Versos de la Rosa***
El lugareño pensaba que un trigal pueden ser panes
creyendo que sus espigas blanca harina le portasen,
para hornearlos su hogaza que sus gentes comerían
la molienda de estos granos son el yantar de su vida,
trabajos de sol a sombras para encontrar un salario
para comerse una hogaza mí familia que he fundado.
Ansiada espiga del pan que creces en campo abierto
en la tierra de secano donde se duermen los vientos,
cuando espigas afanosas entre surcos van creciendo
al cobijo de un verano que adormece el sentimiento,
cuando se siegan lo trigos el campesino es contento
por tener entre las manos la esencia de su alimento.
Crece la espiga de oro cuando el comer se estremece
que trillar con la molienda espera su harina siempre,
porque en tahonas de ejido se ceban los campesinos
jornalero de cortijo es cuando su hambre a escogido,
esta siega de sus campos se encariña con un pueblo
cuando rellenan sus ganas de su pan de sacramento.
Que tiene la hogaza blanca con el migajón tan tierno
cuando se corta con cheira un pedazo para un queso,
añadiéndole entre hogazas ricas mantecas del cerdo
con la grasa que se escurre en miga de su pan tierno,
que delicias de esta planta que puede llover del cielo
como el maná de la Biblia que sustento a los hebreos.
Bello imaginar gozasteis trigales de un sueño obrero
su hambre bien apagasteis al sembrar el trigo prieto,
cuando fuisteis condenados con sus resecos veranos
afanando entre las bardas donde encontrar el comer,
cuando llega el estío miserable sin harinas que cocer
es cuando su hambruna asoma al portal de los sin fe.
Sin harinas ni moliendas no amasas pan de alimento
la harina del hambriento se expatría de ese sustento,
maldecimos a la lluvia que quita el pan de los pobres
que tiene vacío sus campos sin esa espiga que brote,
pero el hambre se quita comiendo el pan que ganaste
para decir a los hombres que el trigal hay que segarlo.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
27 de abril año 2020
Comentario de autor:
El Horno del Pan, se utilizaba cada semana en los cortijos campesinos, para elaborar con masa madre, las hogazas de pan que consumía su familia en ese periodo de tiempo.
La levadura para cocer la masa de harina, agua templada y sal, se hacía con un trozo de la masa hecha el día anterior añadida a la masa siguiente.
Todo un ritual esotérico y familiar para sobrevivir en el campo.
Así lo pienso y así lo escribo.
El Hombre de la Rosa