La Organización de Estados Americanos (OEA) aseguró que hay una campaña de desinformación en su contra por el papel que jugó en las elecciones presidenciales de Bolivia del año pasado y acusó al diario New York Times de mentir y tergiversar los hechos al negar el fraude electoral que, según el organismo, realizó el expresidente Evo Morales.
En un largo comunicado, la OEA criticó los estudios publicados en los últimos meses en diversos medios, entre ellos New York Times y Washington Post, y que desestiman el supuesto fraude, pero evitó referirse al golpe de Estado contra Morales y que el organismo jamás condenó.
Tampoco hizo alusión al apoyo que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, brindó al militar golpista Luis Fernando Camacho durante una reunión que ambos sostuvieron en Washington y en la que lo felicitó por su "compromiso con la democracia boliviana".
El 20 de octubre de 2019 se llevaron a cabo los comicios en Bolivia en los que Morales buscaba su cuarto mandato consecutivo. Las denuncias de irregularidades plagaron una jornada en la que, después de una interrupción en el conteo de votos, el expresidente se declaró ganador.
Los resultados fueron rechazados por diversos sectores y provocaron una crisis política en la que los opositores más radicalizados exigieron la anulación de los comicios en medio de un clima de violencia política. El 10 de noviembre Morales convocó a nuevas elecciones, pero ese mismo día sufrió un golpe de Estado y fue obligado a renunciar, por lo que se refugió en México y después en Argentina.
En ese proceso fue fundamental el papel de la OEA, ya que denunció un fraude que, con el paso de los meses, ha sido puesto en duda, en parte por la evidente parcialidad contra Morales con la que ha actuado el secretario general del organismo y su respaldo al gobierno de ultraderecha que hoy encabeza la autoproclamada presidenta Jeanine Añez.
Críticas surrealistas al NYT por sus coberturas del siglo pasado
A pesar de que consideró que el artículo de New York Times es "menos relevante" en el marco de la supuesta campaña contra la OEA, gran parte del comunicado está orientado a criticar a este medio citando coberturas que realizaron periodistas durante el siglo pasado.
"El NYT tiene una historia controversial con la verdad en contextos de dictaduras y totalitarismos que ha sido documentada. Por ejemplo, en 1931 el corresponsal del NYT en la Unión Soviética Walter Duranty falló en identificar y reportar la hambruna de millones de ucranianos provocada por el régimen totalitario de Joseph Stalin... el corresponsal terminó representando más la defensa de Stalin que de la verdad", afirmó.
El organismo aseguró que los defensores del diario podrían decir que en ese momento era "otro" New York Times, pero advirtió que el corresponsal se ganó un Premio Pulitzer por su cobertura en la Unión Soviética, reconocimiento del que jamás fue despojado.
"Por alguna inaceptable e incomprensible razón, el NYT tampoco reportó en sus primeras planas la evidencia del genocidio del Holocausto y los campos de concentración Nazi en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial", agregó.
Al denunciar que el criterio de publicación de NYT "no pasa por las coordenadas de veracidad y objetividad, sino más bien de conveniencia política", la OEA acusó que en 1957, su corresponsal Herbert Matthews fue instrumental en la construcción de una narrativa pro Fidel Castro de la cual el propio presidente se burló y se benefició.
"Nada de esto ha sido objeto de revisión por el actual NYT", lamentó al considerar que ahora lo que pretende el diario estadounidense es negarle al pueblo boliviano la posibilidad de elegir un nuevo presidente que no sea Evo Morales.
"Obviamente le reconocemos al NYT su derecho a mentir, tergiversar, distorsionar la información, los datos y los hechos, así como a mezclar verdad y mentira todas las veces que quiera; reconociendo que estos derechos que tiene son inalienables y pertenecen a la esencia del ejercicio de la libertad de prensa y de expresión", señaló el organismo.
Los estudios que desmienten el fraude electoral en Bolivia
En febrero pasado, John Curiel y Jack R. Williams, investigadores del Election Data and Science Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicaron en Washington Post un artículo en el que aseguraron, con base en un análisis estadístico, que no había elementos para sospechar que hubo fraude en las elecciones de Bolivia, lo que contradijo las conclusiones de la OEA, la cual, a su vez, aseguró que este informe estaba plagado de "múltiples falsedades, inexactitudes y omisiones".
El 7 de junio fue el turno de New York Times, que, en un artículo titulado 'Una elección amarga. Acusaciones de fraude. Y, ahora, una reconsideración', advierte que el análisis de la OEA que ayudó al derrocamiento de Morales fue deficiente y estuvo basado en datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas.
A raíz de estos estudios, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, reiteró su apoyo a Morales y criticó que el estado de derecho se hubiera violentado en Bolivia con la explícita complicidad de la OEA. El gobierno de México, en tanto, le pidió explicaciones al organismo.
El Grupo de Puebla, que conforman líderes progresistas de Iberoamérica, entre ellos los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España); Luis Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff (Brasil), Fernando Lugo (Paraguay) incluso le exigió a la OEA que convalidara el triunfo de Morales en los comicios del pasado 20 de octubre, a lo que el organismo respondió que no le corresponde tomar este tipo de decisiones.
Cecilia González