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General: Fidel y Elián, 20 años de su primer encuentro (+ Video)
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Reply  Message 1 of 7 on the subject 
From: Ruben1919  (Original message) Sent: 14/07/2020 14:22

Fidel y Elián, 20 años de su primer encuentro (+ Video)

Por: Equipo Editorial Fidel Soldado de las Ideas

 | +

Fidel también llegó a considerar a Elián como un amigo. Foto: Archivo.

Hace 20 años, Fidel Castro y Elián González se veían por primera vez. Días después de su regreso, ambos comenzaban la relación que mantuvieron hasta el último suspiro. Aquella tarde un Elián tímido recibía del líder histórico de la Revolución sus primeros consejos, y entre bromas, una caja de bombones y un ejemplar firmado de La Edad de OroCubadebate y el sitio Fidel Soldado de las Ideas comparten hoy con sus lectores el video del encuentro y algunos fragmentos de la conversación:

- ¿Tú eres Elián? Ah, caramba, mira que yo he oído hablar de ti. Pues yo soy muy amigo de tu padre, ¿tú no lo sabías? Me dijeron que te graduaste de primer grado. Te traje unas cosas que se comen y otra para que la guardes siempre. Mira, ¿sabes lo que dice? ¿Quieres que te la lea? Porque la letra mía tú no la vas a entender bien todavía. Dice: “Para Elián, el mejor libro que se ha escrito para un niño, con el ferviente deseo que, en cuarto o quinto grado, faltan como dos cursos, pueda comenzar a conocer y comprender a ese hombre tan extraordinario que fue José Martí. Cariñosamente, Fidel”. Y esta es la fecha de hoy, en que tú has terminado el primer grado. Muchas felicidades.

El niño que nos convocó a batallar por su destino contaría años después de aquella primera tarde con el Comandante en Jefe: “Cuando llegué a Cuba no pude conocerlo porque él no va al aeropuerto. Lo conozco meses después cuando termino mi primer grado y luego comprendí que él esperaba a que yo terminara de aprender a leer y escribir para regalarme La Edad de Oro. Es el primer libro que tuve y el que más guardo con cariño.

“Años más tarde vi las imágenes y uno puede apreciar como en mi cara había asombro y hasta intriga por conocer a ese hombre del que mi papá me había hablado tan bien. Recuerdo que al percatarse de eso hizo su primera jarana, de que tuviera cuidado no me comiera el libro y leyera la caja de bombones”.

“Era un hombre que hacía muchas preguntas y se interesaba en mi vida y en la de la comunidad. Una vez a punto de iniciar el duodécimo grado no sabía qué carrera estudiar. Muchas veces le pregunté o intenté que él me dijera su opinión y eso no sucedió nunca. Siempre lograba desviar la conversación porque él quería que yo tomara mi decisión. Hizo como con cada cubano, nos dio las herramientas para instruirnos y construir nuestro propio camino”.

Durante la presentación del libro: "La victoria estrátegica" Fidel saluda a Elián González. Foto: Roberto Chile.

Hace unos días, cuando se cumplieron 20 años de su regreso y a punto de ser padre por primera vez con la novia de siempre, Elián contó qué le dirá a su hija sobre Fidel.

“A mi hija le contaré del amigo, hermano y padre que conocí. La persona que no cesaba ante una injusticia en su empeño hasta verla resuelta. Sin olvidar el apoyo que le dio a mi padre y cómo volcó a toda una nación por la idea de tener a un niño en la patria con su familia. Acompañado de las historias personales que lo hacen más humano y más grande, y que también serán para mi hija”.

Sobre el regreso de Elián, el líder histórico de la Revolución dijo una vez:

“He vivido momentos emocionantes a lo largo de mi vida revolucionaria. (…) Dejando de mencionar otros muchos acontecimientos inolvidables, en ninguna de las ocasiones mencionadas de nuestras luchas experimenté tan intensa emoción como cuando al abrirse la puerta del pequeño avión que los trajo de Estados Unidos, después de tantos meses de batallar sin tregua, vi emerger a las 7:53 de la tarde del 28 de junio las figuras de Juan Miguel y Elián. Un pequeño niño y un humilde padre cubano a quienes muy pocas personas conocían hace apenas unos meses, volvían convertidos en gigantes símbolos morales de nuestra patria”.

Fidel y el niño Elián. Foto: Archivo

En video, encuentro de Fidel y Elián



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Reply  Message 2 of 7 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 14/07/2020 14:39
... Fidel Castro con Elián González el 14 de julio de 2000 luego del regreso de Elián a Cuba. #Cuba ...
hace 19 horas - Subido por Fidel Castro Ruz, Soldado de las Ideas

Reply  Message 3 of 7 on the subject 
From: Nice Grulla Sent: 14/07/2020 19:22

Reply  Message 4 of 7 on the subject 
From: RADIOPIPOLLSINFRONTERA Sent: 15/07/2020 07:10

By
PIPOLL-2020

Reply  Message 5 of 7 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 27/07/2020 15:52

Fidel al padre de Elián: “El mayor acierto de la Revolución fue confiar plenamente en Juan Miguel” (+ Video)

 | 3
    Fidel y el padre de Elián, Juan Miguel. Foto: Archivo.

Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz al condecorar a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes, en el teatro Karl Marx, el 5 de julio del 2000

Queridos compatriotas:

Conocí a Juan Miguel el 2 de diciembre del pasado año a las 5 de la tarde. Era casualmente el día en que se conmemoraba un aniversario más del desembarco del Granma, 43 años atrás.

Cinco días antes, se había recibido su carta del 27 de noviembre en la que solicitaba al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba que se tramitara ante las autoridades de Estados Unidos el regreso de su hijo Elián, sobreviviente del naufragio de una embarcación rústica que había salido ilegalmente de Cuba. Al día siguiente, solicitó lo mismo en otra carta la abuela materna del niño. Ni ellos perdieron un minuto en hacer la petición, ni nuestro Ministro en tramitarla de inmediato.

Yo no pude ocuparme del problema hasta el día indicado. Había solicitado al padre que viajara a La Habana. De antemano sabía que nunca en más de 41 años el gobierno de Estados Unidos había accedido a una reclamación legal de ese tipo. Este, como el caso de los pescadores y otros, tenía que ser resuelto mediante una batalla moral y de opinión pública con la participación del pueblo.

Pero, ¿sobre qué bases? ¿Quién era el padre y qué clase de padre era? ¿Cuánto se ocupaba de su hijo? ¿Cuáles eran sus relaciones con los abuelos paternos y maternos del niño? Aunque conocía ya que se trataba de un humilde y joven trabajador, serio y cumplidor de sus obligaciones, militante revolucionario desde temprana edad, era decisivo conocer éstos y otros aspectos de su conducta y los rasgos de su carácter.

Con cuidado y respeto, pero a la vez con toda claridad y franqueza, abordé con él estos temas. Estaba hablando con un integrante de las filas de nuestro Partido.

Le hice numerosas preguntas que él, en medio de su visible dolor y tristeza, respondía con argumentos persuasivos e incuestionables pruebas sobre su relación afectuosa, intachable y constante con el niño.

En ningún instante dejé de percibir en su rostro los rasgos de un hombre noble, sincero y serio.

Fidel Castro Ruz condecora a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes. Foto: Fidel Soldado de las Ideas/Archivo.

Le expresé mi convicción de que a través de trámites judiciales jamás devolverían al niño. Se trataba de un caso en que los tribunales de Estados Unidos no tenían jurisdicción alguna, y que sólo correspondía a las autoridades de Inmigración de Estados Unidos el deber de proceder a la inmediata devolución de su hijo; pero conocía suficientemente bien cuán arrogantes, arbitrarias, parcializadas y cómplices se comportaban las autoridades de Estados Unidos en todo lo relacionado con las fechorías y crímenes que se cometían contra nuestro pueblo.

La devolución de ese niño sólo podría lograrse mediante una intensa batalla política y de opinión pública nacional e internacional. Le advertí a Juan Miguel que no sería cuestión de días ni semanas, sino de meses. Tal vez para no desanimarlo demasiado, le dije que no sería nunca menos de tres meses. También le expresé que el país sólo podía lanzarse a una batalla de ese carácter sobre bases legales y éticas absolutamente sólidas.

Después de tres horas de conversación, yo no tenía ya la menor duda de que Juan Miguel era un joven serio y honesto que estaba siendo víctima de una atroz injusticia. Comprendió y aceptó los argumentos que le expuse.

Había transcurrido casi una semana de la entrega de la nota presentada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba transmitiendo a las autoridades de Estados Unidos la solicitud del padre reclamando la devolución del niño, y no se había recibido la menor respuesta sobre lo que harían con el niño secuestrado.

Todo lo que conocíamos procedía de lo que publicaba la prensa norteamericana. No era poca la orgía de propaganda y euforia desatada por la mafia cubano-americana y los políticos más reaccionarios de Estados Unidos, con motivo de una tragedia donde perdieron la vida 11 ciudadanos cubanos y arribó a las costas de ese país un niño que aún no había cumplido los 6 años de edad. ¡Un fruto más de 41 años de hostilidad y agresiones de los gobiernos de Estados Unidos contra Cuba!

Era inútil continuar enviando notas diplomáticas a las autoridades de un gobierno sordo que ni siquiera por cortesía respondía.

Al día siguiente intercambié con los compañeros de nuestra Dirección, y sin perder un minuto me comuniqué con los dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Federación Estudiantil Universitaria. Los jóvenes y los estudiantes serían la vanguardia en esa lucha con el pleno apoyo de todas las fuerzas revolucionarias.

Cuarenta y ocho horas más tarde, un domingo por la noche, se produjo la primera protesta ante la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, en la que participaron mil jóvenes de las Brigadas Técnicas que concluían una conferencia nacional, los que realmente adelantaron 24 horas la fecha prevista para iniciar las acciones públicas.

Así comenzó la épica lucha por la liberación de Elián hace hoy, 5 de julio, exactamente 7 meses.

Marcha del pueblo cubano en La Habana por la liberación de Elián González, el 9 de diciembre de 1999. Foto: Sven Creutzmann/ Getty Images.

El sábado 4 de diciembre declaramos públicamente que si en 72 horas el niño no era devuelto, se desataría una gran batalla de opinión nacional y mundial. Se tomaron aquellas palabras por algunos medios de prensa como un ultimátum a Estados Unidos. No era más que una sincera advertencia sobre lo que inevitablemente ocurriría.

Sólo después del tercer día de protesta popular, que crecía exponencialmente, se recibió la primera respuesta. El día antes, el vocero de la Casa Blanca había declarado que la cuestión estaba en manos del Servicio de Inmigración y Naturalización, que no existía una posición oficial sobre el asunto y que el caso podría terminar en las Cortes.

Muchas notas se intercambiaron en las semanas subsiguientes. Los documentos demuestran que nuestro gobierno advirtió y reiteró sus puntos de vista sobre las consecuencias de la errónea e ilegal decisión del gobierno norteamericano de someter el caso a la jurisdicción de sus tribunales, a los cuales no correspondía ese derecho.

Algo que debió y pudo ser resuelto en cuestión de días cayó efectivamente en un interminable laberinto de procedimientos, juicios y recursos amañados, mientras el niño cubano sufría meses de tortura psíquica y era objeto de la más brutal explotación con fines publicitarios y políticos. Su salud mental e incluso su vida peligraron seriamente durante meses. Asombrosamente sobrevivió de riesgos tan grandes como el del primer naufragio, que esta vez ocurrió en un pantano inmundo de inmoralidad, histeria, repugnante politiquería y mezquinos intereses de la mafia cubano-americana y sus aliados de la extrema derecha. No fue el azar sino la lucha admirable de nuestro pueblo lo que lo preservó de la muerte o de un terrible destino.

Hoy hacemos justicia a quien tan ejemplarmente cumplió sus deberes de padre y de patriota. Todo un pueblo lo jugó todo y estuvo dispuesto a hacer lo que fuese necesario hacer por su hijo. Pero en la fase final, de él dependió el éxito o el fracaso de nuestro colosal esfuerzo.

Fidel Castro Ruz condecora a Juan Miguel González con la Orden Carlos Manuel De Céspedes. Foto: Fidel Soldado de las Ideas/Archivo.

El mayor acierto de la Revolución fue confiar plenamente en Juan Miguel. El mayor error de la mafia y del imperio fue creer que Juan Miguel podía ser sobornado y conducido a la traición.

Si bien hubo diferencias entre el gobierno de Estados Unidos y la mafia, apoyada por la extrema derecha, en cuanto a las posiciones de cada cual ante los tribunales, llegando al litigio entre ambas partes, hay un grave pecado moral del cual no está exento ninguno de ellos: la creencia de que Juan Miguel podría ser comprado, e incluso la exhortación abierta a desertar y quedarse en Estados Unidos.

Sobre esto, ninguno, de uno o de otro bando en el seno del imperio, dejó de albergar la esperanza de que Elián se quedara en Estados Unidos con su padre. Por ello la táctica de dilación del proceso sistemáticamente aplicada por los abogados de la mafia, mientras los candidatos de ambos partidos a la Presidencia, y la propia esposa del Presidente, le hacían llamamientos públicos a Juan Miguel para que desertara.

Altos funcionarios de la Administración y hasta la Fiscal General afirmaban que ellos no luchaban por el regreso de Elián a Cuba, sino por la unión del hijo y del padre. Soñaban que la batalla que ya tenían perdida se resolviera con un golpe de este tipo.

Sólo cuando todos se convencieron de que el honor y la firmeza de Juan Miguel eran inconmovibles y que todo el oro del mundo no hubiera bastado para hacerlo vacilar un segundo en su lealtad a la patria, se resignaron a su regreso con el niño.

Cuando Juan Miguel, al que tantas veces acusaron de cobardía y le echaban en cara con cinismo que no se interesaba por su hijo, pues no había viajado a Estados Unidos donde tantas trampas le tenían tendidas, llegada la hora y el minuto exactos en que debía presentarse en aquel campo hostil y riesgoso, partió con la decisión y la valentía que lo caracterizan hacia el corazón del imperio, llevando con él a su esposa y su hijo de 6 meses, la batalla entraba en la etapa decisiva.

Con su rostro noble, su determinación, su palabra directa, sincera y limpia, y la constancia irrebatible de su libertad al llevar consigo a su esposa y su hijo más pequeño, completó la obra iniciada meses antes por las abuelas de Elián, Mariela y Raquel; se ganó totalmente el apoyo mayoritario del pueblo norteamericano que, mucho más informado de la verdad por cinco meses de intenso batallar de millones de hombres y mujeres, jóvenes y niños cubanos, se puso de su lado.

A ello contribuyeron, es justo reconocerlo, las propias cadenas de televisión norteamericanas y los órganos principales de prensa, que trasmitieron a Estados Unidos las imágenes y noticias de lo que estaba ocurriendo en Cuba.

Durante la estancia de Juan Miguel en Estados Unidos, en momentos críticos, su decisión de marchar solo a la propia madriguera de la mafia en Miami, acompañado de su esposa Nersy y del pequeño Hianny, determinó que el INS enviara a los hombres que con audacia y destreza arrebataron al niño de las manos criminales que lo retenían para ser trasladado a Washington y enviado casi de inmediato con su familia al destierro de Wye Plantation. Allí comenzó la larga espera de la etapa final.

De inmediato, Águeda, su abnegada maestra de preescolar, con el apoyo de cuatro compañeritos de primer grado, acompañados de un primo de 10 años, sin perder un minuto reanudaban el curso escolar de Elián, interrumpido cinco meses antes. Cuando éste concluya dentro de una semana y media, será un día de honor y gloria para la educación cubana y la proeza de nuestro pueblo quedará consagrada para siempre.

Elián y Juan Miguel regresando a Cuba el 28 de junio de 2000. Foto: Archivo.

Juan Miguel, por salvar la vida de Elián, estuvo dispuesto a entregar su propia vida y arriesgar la de su esposa y su otro hijo. Mas, nunca estuvo dispuesto a comprar la entrega de aquel niño que tanto amaba al precio de la traición a la patria. Su conducta lo llenó de gloria y le ganó para siempre la admiración de su pueblo.

Por eso lo condecoramos con la Orden que lleva el nombre de Carlos Manuel de Céspedes, quien con heroica conducta, ante la alternativa de salvar a su hijo o traicionar a su pueblo, escogió sin vacilar la muerte de su hijo y ganó el honroso título de Padre de la Patria.

He vivido momentos emocionantes a lo largo de mi vida revolucionaria. Puedo recordar el día inolvidable cuando me encontré con Raúl en Cinco Palmas, el 18 de diciembre de 1956, y reunimos siete armas para reanudar la lucha; cuando el 5 de enero de 1957, ya con un pequeño destacamento y 17 armas, al coronar una altura contemplé por primera vez, a pocos kilómetros de distancia, una elevada e inexpugnable montaña boscosa donde se iniciaba el corazón de la Sierra Maestra, que sería nuestro teatro de operaciones, y tuve la seguridad absoluta de que la victoria sería nuestra; cuando el primer combate victorioso de nuestras armas en la madrugada del 17 de enero; cuando derrotamos totalmente con una pequeña pero aguerrida fuerza la ofensiva de 10 mil soldados de la tiranía, que concluyó el 5 de agosto de 1958 después de 70 días ininterrumpidos de combate; cuando supe a finales de septiembre que el Che y Camilo habían llegado a Las Villas, después de recorrer más de 350 kilómetros por terreno llano, hostil e inhóspito; cuando el Primero de Enero de 1959 entramos en Santiago de Cuba, donde en el Moncada se iniciara nuestra primera acción armada revolucionaria; o cuando llegamos a Girón al anochecer del 19 de abril de 1961. Dejando de mencionar otros muchos acontecimientos inolvidables, en ninguna de las ocasiones mencionadas de nuestras luchas experimenté tan intensa emoción como cuando al abrirse la puerta del pequeño avión que los trajo de Estados Unidos, después de tantos meses de batallar sin tregua, vi emerger a las 7:53 de la tarde del 28 de junio las figuras de Juan Miguel y Elián. Un pequeño niño y un humilde padre cubano a quienes muy pocas personas conocían hace apenas unos meses, volvían convertidos en gigantes símbolos morales de nuestra patria.

En ese minuto pensé: ¡cuán grande es nuestro pueblo, cuán invencible es una idea justa, cuán importante es creer en el hombre, cuán hermoso es luchar por grandes ideales, cuánta luz y felicidad puede emanar de un pequeño niño inocente para obsequiar al pueblo que estuvo dispuesto a morir por uno de sus más tiernos hijos.

Llegada al aeropuerto José Martí el 28 de junio de 2000. Foto: AFP.

Juan Miguel, ¡la Patria te agradece la firmeza y el coraje con que defendiste su honor y su justa victoria! Tú demostraste que, en momentos decisivos de la historia de un pueblo, la conducta de un hombre puede compensar la deshonra que le hayan ocasionado todos los traidores juntos, como aquellos que quisieron arrebatarnos a tu hijo.

Nuestro deber revolucionario más sagrado es luchar para que nada semejante ocurra en el futuro, y por otros derechos que hemos jurado defender.

Seguiremos luchando, ¡y venceremos!

Fidel junto a Elián y Juan Miguel en 2005. Foto: EFE.


Reply  Message 6 of 7 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 29/07/2020 14:32

Un niño que nos convocó a batallar por su destino (+ Video y Línea del tiempo)

Una de las primeras imágenes de Juan Miguel y Elián, en abril de 2000, cuando el niño fue sacado de la casa donde permanecía secuestrado y le fue entregado a su padre. Foto: Archivo

Dicen que el día en que Juan Miguel González volvió a abrazar a su hijo, era tal el silencio que se podría haber escuchado una aguja cayendo.

Horas antes, en una casa cubana una madre rompía el silencio de un amanecer y una niña de cuatro años salía corriendo de la cama para ver las imágenes del pequeño que había logrado mover el alma de todo un pueblo.

A 90 millas, Elián González era puesto en brazos de su padre el 22 de abril de 2000, 199 días después de que fuera secuestrado en Miami por la mafia cubano-americana de la Florida.

***

Corría el año 1999. Ya era casi diciembre. Cuba venía del Período Especial. La vida cotidiana había cambiado. Habían desaparecido muchas cosas. Y una batalla estaba a punto de comenzar.

Juan Miguel aprovecha el impass del fin de semana para dedicarle tiempo a Elián, pero, cuando se acerca a la casa de la madre de su hijo, el candado seguía puesto.

En esos momentos, el 25 de noviembre, Elián era encontrado por unos pescadores norteamericanos en las costas de Fort Lauderdale sobre una cámara de neumático. Llevaba dos días a la deriva tras el naufragio de la embarcación donde viajaba ilegalmente hacia Estados Unidos, llevado por su madre Elizabeth Brotons, quien pereció desafortunadamente junto a la casi totalidad de sus tripulantes. 

“Los recuerdos más duros, como estar solo en el mar o lejos de mi papá, hoy se desvanecen. Tengo muchas más memorias de cuando regresé con mi padre o el momento en que compartí en EE.UU. con personalidades o mis compañeros de aula. Creo que mi mente ha querido borrar los momentos más malos”, diría años después Elián.

Juan Miguel no sabía que para estar otro fin de año con su pequeño debía enfrentar aún días difíciles. Primero, envió una carta al Minrex y, por un amigo, otra al Consejo de Estado solicitando ayuda para recuperar a su hijo. Pasada una semana, las autoridades estadounidenses no habían respondido la nota diplomática del Minrex sobre el tema.

Una noche, en el centro de la Calle Real de Cárdenas, recibió una llamada telefónica:

Ven para La Habana. Fidel quiere verte.

***

Elián durante su secuestro en Miami

Miami por entonces devino en circo. Y como objeto principal del carnavalesco y, a la vez, trágico y cruel espectáculo, un niño cautivo: Elián González. Lo exhibían delante de las cámaras como un trofeo de guerra de la batalla contra Cuba y su pueblo.

El menor había sido puesto al cuidado de Lázaro González, un tío abuelo paterno residente en Miami, que poco después, en abierta complicidad con la mafia anticubana, se opuso a todo intento de retornarlo a Cuba.

***

El 2 de diciembre Juan Miguel llegaba al Consejo de Estado entrada la noche. Aún no lo sabía, pero le esperaba la conversación más intensa de su vida.

Fidel lo recibió en su despacho, entre noticias y cables del “balserito”. Allí sería sometido a una radiografía.

“Eso es una cosa natural en nuestro Comandante. Se interesó por mi vida, por la familia. Quiso saber si lo que yo sentía hacia mi hijo era realmente un cariño de padre afectuoso”. 

¿Tu qué quieres hacer? Si quieres irte con toda tu familia se te hacen los papeles y te vas.

- No, yo quiero que me devuelvan a mi hijo a su país y a su padre.

- Tranquilo. A partir de mañana mismo se vuelca la nación completa a hacer el reclamo por el regreso de tu hijo.

***

El 4 de diciembre el líder de la Revolución Cubana había declarado que si en tres días Elián no era devuelto, se desencadenaría una batalla internacional. Desde el 5 de diciembre miles de personas, entre ellos, muchos niños, marchan frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos.

-  ¡Liberen a Elián! Liberen a Elián! 

- ¡Libertad para mi niño!

En los próximos meses el pueblo cubano protagonizaría una de las mayores y más sentidas batallas de su historia.

Miles de cubanos se volcaron a las calles para reclamar la liberación de Elián.

***

Randy Alonso acababa de cumplir treinta años y trabajaba en el Buró Provincial de la UJC en Pinar del Río. Unas semanas más tarde, no sospechaba que a 162 kilómetros comenzaría a madurar un proyecto que lo atraparía para siempre. 

“Fidel creyó que no era suficiente que la gente fuera a las calles, que hubiera una expresión popular en tribunas y marchas, sino que el pueblo tenía que saber por qué estaba combatiendo”, comentaría Randy 15 años después.

Al filo de la madrugada del 13 de diciembre, un grupo de jóvenes comía con Fidel. Alrededor de una mesa se comentaba sobre lo que estaría viviendo Elián. Una pregunta del Comandante sería el detonante.

- ¿En qué tiempo se puede cambiar la mente de un niño?

***

Hay una loba feroz

en el Congreso del norte,

al que asiste con un porte

endemoniado y atroz.

Su nombre es Ileana Ros,

y sus manos criminales

nos recuerdan actos tales

como el injusto, siniestro

y repudiado secuestro

del pequeño Elián González.

(Una loba en el Congreso por Yoerky Sánchez Cuéllar)

***

Seis de la tarde. 16 de diciembre. La televisión cubana emite la primera “Mesa Redonda”. Fidel se encuentra en el público.

Una psicóloga renuncia a la comodidad de su oficina para ser el rostro de la primera emisión del programa. “Ese día mis rodillas no paraban, era un tiquitiqui debajo de la mesa; la gente tal vez podían ver por encima una persona serena, pero abajo mis rodillas eran tititi. Uno de mis terrores era quedarme dormida frente a las cámaras. Llevábamos muchos días descansando apenas dos o tres horas”, relató Carmen Rosa Báez.

Del otro lado de la pantalla una joven madre lava culeros. En la tendedera descansa un pullover con el rostro de Elián. Su hija la mira curiosa desde el corral.

Lea el discurso pronunciado por Fidel "Salvemos a Elián"

Sigue ...


Reply  Message 7 of 7 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 29/07/2020 14:37

***

En Miami, Elián pregunta por su padre. Sus tíos le responden regalándole un pony. Lo llenan de juguetes, pero la respuesta nunca llega.

- “¿Y ese hombre que está con mi padre?”

De ese hombre sí le hablan. Meses después, en la tranquilidad de su tierra, Juan Miguel le explicaría que era un amigo que había hecho posible su regreso. Pero ese día, ese hombre barbudo que salía en televisión hablando de él, “era el diablo”.

Fidel llega a mi vida prácticamente desde que nací, como nos pasa a la mayoría de los cubanos. Sin embargo, la primera imagen nítida de él fue estando en Miami lejos de mi padre. Mis tíos me hablaron los horrores más grandes que te puedas imaginar. Se me habló de un diablo, de la persona más malvada que pueda existir”. 

***

Aeropuerto de Washington DC., Estados Unidos. En la aduana un oficial de inmigración revisa un pasaporte. Una mujer ha llegado al país para una reunión de trabajo. 

¿Cubana?, ironiza el hombre.

- ¿Viene a llevarse al niño?, le insiste.

Si me lo dan, me lo llevo.

Al sur de allí, el Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos reconoce, el 5 de enero de 2000, el derecho de patria potestad de Juan Miguel González sobre su hijo.

La decisión fue respaldada por la Fiscal General, Janet Reno y el presidente William Clinton, y se fijó entonces el retorno del niño antes del 14 de enero. Pero los parientes y los grupos anticubanos de Miami apelaron la decisión y llevaron el caso ante los tribunales norteamericanos.

Las maniobras llegaron al Tribunal de Atlanta, que en dos instancias rechazó las demandas de asilo político para Elián, no así un interdicto que impedía su regreso.

No fue hasta el lunes 26 de junio, que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos solucionó, en solo dos días, un caso que duraba más de siete meses. 

El padre viajó el 6 de abril a Washington, pero no fue hasta 16 días después que pudo reunirse con su hijo, tras un operativo federal que rescató al niño de manos de los secuestradores.

Elián y Juan Miguel regresando a Cuba el 28 de junio de 2000

***

"Cada vez que hacía algo quería mostrárselo para que se sintiera orgulloso", expresa Elián sobre Fidel. Foto: Archivo.

13 de agosto de 2016. Fidel cumplía 90 años y Elián y su padre miraban los asientos del Carlos Marx. 

“Siempre nos ocurre que cuando llegamos a un acto donde él puede estar, buscamos un indicio, una silla, un escolta, que nos diga que va a ir. Ese día estaba. Aún hoy cuando asistimos a algún lugar que él frecuentaba, nos sigue sucediendo, seguimos buscando un indicio de que va a aparecer”.

Es curioso como un rostro puede cambiar al sonido de un nombre. Hoy, a la sombra de un banco en el Parque Josone en Varadero, el joven ingeniero y su padre comparten un rasgo más que distintivo: Los ojos aguados cuando hablan de él.

“Recuerdo que cada vez que salía bien en algo yo quería mostrárselo para que se sintiera orgulloso. Creo que la cúspide de ese sentimiento de amor fue cuando la graduación de mi sexto grado donde dijo que yo era su amigo. Para un niño de apenas doce años era difícil entender el alcance de esta amistad. Cuando lo hice, sentí un orgullo inmenso y una responsabilidad muy grande que no podía defraudar”.

Fidel se se integró tanto a la familia cardenense que Juan Miguel lo siente como un padre.

“Fueron muchas horas y madrugadas de desvelo a mi lado. Fidel no dormía. Sus allegados hablaban conmigo para que él descansara, pero para él lo más importante era el regreso. Actualmente es difícil pensar que ya no está. Para mi está aquí, en cada cosa que hago, en cualquier sacrificio”.

Han pasado ya 20 años y para Elián y Juan Miguel la batalla inciada entonces no fue vana. Un hombre de bien crece en Cárdenas al amparo de su padre, su familia, su Patria.


Elián junto a su padre Juan Miguel González en el Parque Josone en diciembre de 2019. Foto: Dinella García/ Cubadebate.

Vea en video, La batalla por Elián: 20 años después

Elián regresa con su padre a Cuba el 28 de junio del año 2000. Foto: Archivo.

El reencuentro del niño con su familia. Foto: Archivo.

En Cuba, luego de varios meses de secuestro. Foto: Archivo.

Elián junto a su padre tras regresar de los Estados Unidos. Foto: Archivo.

Toda Cuba celebra el retorno del pequeño Elián. Foto: Archivo.

Elián sentía a Fidel como un padre. Foto: Archivo.

Fueron múltiples los encuentros entre el líder de la Revolución cubana y Elián. Foto: Archivo.

Para Juan Miguel, Fidel es su segundo padre. "Siempre estuvo cerca". Foto: Archivo.

El primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz junto a Elián.



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