Esperando están las rosas, todas de un mismo vergel, flores linda de la mañana, para ti mi dulce mujer.
En mis manos tomo tu cabello de oro, que el sol alumbra en vano, beso tu boca y tus blancas manos, como tus ojos grandes y bellos.
Tu dulce boca que agustar me convida, a no envidiar ese sabor sagrado, entre mis labios y el tuyo adorado, le damos todo el sabor a la vida.
JOSE RAUL
|