La verdadera felicidad no requiere absolutamente nada de ti.
No es necesario que salgas a comprar nada especial para poder ser feliz.
La felicidad es tuya en el preciso instante en que decides vivir con ella.
Aunque las imágenes y apariencias superficiales de la felicidad puedan estar fuera de tu alcance,
la felicidad en si misma nunca lo está.
¿Deseas ser verdaderamente feliz, o lo que quieres en realidad es aparentar que lo eres?
Muchísima gente dedica demasiado esfuerzo a mostrarse a si misma envuelta en una aparente felicidad.
Es una búsqueda tristemente vacía, aunque tenga éxito.
La verdadera felicidad, la que proviene del corazón no tiene costos, sólo beneficios.
La decisión de ser feliz y agradecido por lo que has conseguido puede ayudarte a seguir avanzando,
muchísimo más de lo que podría cualquier resentimiento o descontento.
No hay nada fuera de ti que te obligue a ser feliz, ni nada que te impida serlo.
La fuerza positiva de la felicidad está siempre allí, esperando que tú la vivas.
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