Se ha de sembrar la paz sobre los muertos, regándola con sangre diariamente y ella florecerá tardíamente, para mostrar sus pétalos abiertos.
La paz será la flor de los desiertos que arrancada del suelo impunemente, se negará a morir aunque la gente transite por caminos tan inciertos.
Entonces sonarán las campanadas por los cuatro confines de la tierra, con la siniestra voz de las granadas...
Angel de Luz, haz que los hombres, oyendo las llamadas, dejen el camino de la guerra cambiando por abrazos las espadas...
BESIS A GRANEL
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