Soneto de otoño
Me preguntan tus ojos, claros como el cristal, para ti, extraño amante, ¿cuál es mi atractivo? -¡Sé encantadora y cállate! Mi corazón, al que todo irrita
excepto el candor del animal primitivo,
no quiere descubrirte su secreto infernal. Berceuse cuya mano al dulce sueño invita, ni su negra leyenda escrita con llamas. ¡Odio la pasión y el ingenio me duele!
Amémonos con dulzura. El amor en su garita, tenebroso, emboscado, blande su arco cruel. Conozco las armas de su perfecto arsenal.
¡Crimen, horror y locura! ¡Oh, pálida margarita! ¿Acaso, como yo, no eres tú un sueño otoñal, también tú, mi tan fría y pálida Margarita?
Charles Baudelaire
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