TARDE
Cuerpos tendidos, cuerpos infinitos, concretos, olvidados del frío que los irá inundando, colmando poco a poco.
Cuerpos dorados, brazos, anudada tibieza olvidando la sombra ahora estremecida, detenida, expectante, pronta para emerger que escuda la piel ciega.
Olvidados también los huesos blancos que afirman que no es un sueño cada vida, más fieles a la forma que la piel, que la sangre, volubles, momentáneas.
Cuerpos tendidos, cuerpos sometidos, felices, concretos, infinitos...
Surgen niños alegres, húmedos y olorosos, jóvenes victoriosos, de pie, como su instinto, mujeres en el punto más alto de dulzura, se tienden, se alzan, hablan, habla su boca, esa un día disgregada, se incorporan, se miran, con miradas de eternos.
Idea Vilariño
|