Búsqueda
He
enviado mis ojos en tu busca, y han regresado de colores llenos: Verdes de
bosques, pardos de mesetas, rojos de ocasos, con azul de cielos, blancos
de nieves, y de nubes grises... mas sin tu imagen hacia mí
volvieron.
Envié mis oídos a buscarte, reapareciendo con sonidos
nuevos: rumor de brisas en los olivares, rugidos de leones y de
truenos, murmullos de las aguas en los ríos, fragor del mar, contestación
del eco... mas llegaron sin ti, y esos sonidos fueron sólo otra forma de
silencio.
Mis pies de peregrino te buscaron, dejando huella en campos
y senderos, y me trajeron polvo de países extendidos por ambos
hemisferios... pero no te encontraron, y su rastro hojas fueron perdidas
en el viento.
Y salieron mis labios, indagando las incógnitas de tu
paradero, y trajeron exóticas canciones, palabras misteriosas de otros
pueblos, voces alegres, gritos penetrantes, eruditos monólogos,
lamentos... pero tu voz no vino entre esas voces, quedé sin ti, con sólo
tu recuerdo.
Y mis manos, en ávida odisea, rastreándote trémulas
partieron, y regresaron por igual vacías, con un temblor amargo entre los
dedos...
Y por eso en la noche silenciosa te busco en los recodos de
mi cuerpo.
Francisco Alvarez Hidalgo
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