LA ROSA BLANCA
En la vieja casa de color blanco que está situada lejos del camino, había una
gran excitación. Gran actividad, gran ruido, todos estaban muy ocupados
porque iba a realizarse un matrimonio. ¡Qué maravilla!
Afuera, en el jardín, todo era también excitación.
Las flores erguían sus corolas y cabeceaban con la suave brisa del verano. Las
rosas estaban especialmente agitadas. Muy pronto vino el jardinero y
cuidadosamente, llenó su canastillo y lo llevó a la gran casa.
Cantando dulcemente y susurrando con suavidad, vinieron las jóvenes de la
casa, y con mucha ternura juntaron las rosas blancas para el bouquet de la
novia. Toda su corta vida ellas habían ansiado este gran acontecimiento.
Pronto cortaron las rosas rojas y en seguida todo quedó muy tranquilo en el
jardín de rosas.
Una florecita azul sintió en el pasto un estremecimiento y oyó algo como un
suspiro. Mirando hacia arriba vió a una hermosa rosa blanca que permanecía
sola, la rosa más hermosa que jamás hubiera visto. El suave viento sur
también escuchó el suspiro y murmuró: "¿Qué te pasa, rosa blanca?".
"¡Oh, querido! ¿Cómo pudieron olvidarse de mi?" exclamó la rosa.
Entonces la florecita azul dijo: "Volverán pronto a por usted porque es una
rosa muy linda; pero yo soy tan chiquita que nadie me vé, por eso es que yo
me llamo "no me olvides".
En el fragante jardín todo era paz y la linda rosa esperaba con paciencia,
pronto una hermosa paloma blanca que vivía en el jardín vino y arrulló
tiernamente a la rosa. Las abejas zumbaron alegremente a su alrededor y las
mariposas revoletearon por aquí y por allá. Posado en una parte desde la cual
podía mirar y proteger la rosa, estaba un amable espíritu de la naturaleza que
tenía apariencia de colibrí.
A veces los amables espíritus de la naturaleza tienen la apariencia de colibrí y
se posan donde pueden vigilar las flores escogidas que tienen una misión
especial.
El Sol se había puesto, para descansar, y todo se había aquietado en el jardín,
cuando se oyó el rozar de una falda y una hermosa dama se detuvo delante de
la rosa. "¡Que rosa más linda! ¡Qué afortunada soy de haberla encontrado!
¡Qué extraño que nadie la hubiera visto antes!" dijo la hermosa dama y en
seguida cortó la purísima rosa blanca.
Tarde de la noche, como una chispa de luz llegó el espíritu de la rosa blanca a
la tierra donde los espíritus de las flores se juntan. Todos los espíritus de las
flores conteniendo el aliento, escucharon su conmovedora experiencia.
"La hermosa dama me llevó tiernamente a un gran templo blanco; me condujo
a la nave central. Allí, sobre un altar había una gran Cruz blanca y me puso en
el centro de ella. A mi alrededor había siete rosas rojas y la Cruz descansaba
sobre una estrella dorada. Rodeando a la estrella había un hermoso color azul,
como el que tiene el cielo. Todo era paz y quietud y luego sonó una música
suave. Un arco iris flotaba cerca del altar y la bella presencia del Espíritu de
Cristo bendecía la Cruz. Una voz dijo: "La Cruz pura y blanca representa el
cuerpo del Auxiliador Invisible; las rosas rojas representan su sangre
purificada; la rosa blanca el corazón del Auxiliador Invisible y la estrella
dorada representa el manto nupcial". En seguida todo quedó muy quieto y
tranquilo y los Ángeles, Arcángeles y Seres Sagrados enviaron rayos
luminosos sobre la Cruz. Entonces, de repente, la fuerza curativa del Gran
Médico descendió.
Cuando todo hubo terminado, la hermosa dama vino y me sacó de la Cruz y
me llevó a una casa que estaba muy lejos, donde había lágrimas en ojos que
podían estar alegres. Un niñito pequeño necesitaba ayuda y por eso ella me
depositó en la almohada, al lado de la linda carita del niño. Entonces, la fuerza
de vida del Gran Médico vino con los Ángeles, el niño sonrió y las lágrimas
se fueron. ¡Qué precioso! ¿No es verdad? Después de todo me apuré en volver
para contarles la verdadera misión de la rosa blanca".
Ustedes pueden estar muy seguros de que todos los espíritus de las flores
estuvieron muy felices con la experiencia que la rosa blanca había tenido en el
templo.