Mundo de ciegos
Lograr quisiera un día la bienaventuranza de los ciegos, su independiente vínculo a las formas, su abandono sereno. Crear mi propio mundo, a mi capricho, sin colores, sin luz, y sin espejos; noche absoluta, donde las estrellas permanecen dormidas; un misterio descifrable tan sólo por las formas que el tacto va leyendo; por los aromas, generando flores inmarcesibles; por el movimiento del agua rumorosa, en surtidores, que se desploma y huye entre los dedos; un mundo de sonidos más variados, mucho más perceptibles, hervidero de notas, cantos, ráfagas, rumores, que me ciñen en intimo aleteo. Y la palabra. La palabra oída, sin filtro en la mirada o en los gestos, que desvirtúan el sentido puro de cada pensamiento. Y el tacto, esa visión quizá imperfecta, mas elaboradora de lo bello, pintor de diez pinceles que ignora imprecisiones y defectos. El tacto ve la piel, y la enaltece, y ve mejor el alma quien es ciego.
Crear mi propio mundo, a mi capricho…, mas, ay, sin ver tu rostro sobre el lecho.
Los Angeles, 17 de enero de 2010
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Hola buenos dias...ya no digo nada del tiempo... uuff, que
lata, bueno voy a buscar algo de tomar y me largo al mercado,
asi que espero y deseo que este dia lo pasen bien y sean felices.
Con cariño, feliz fin de semana.....
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