Ella… pinta un cielo en su mirada, toca el alma de los sueños con sus palabras,
viaja a la locura de vez en cuando, cada que sus letras se posan en su piel
y ella misma se vuelve un escrito,
convierte melodías en silencios y calla de pronto alguna historia sin contar
que había colgado en aquel hilo que se mece en el viento…
Ella… cabalga desnuda del alma por la vida,
extiende las manos cuando su vuelo se detiene para cobrar fuerzas y
continuar persiguiendo algún poema sin nombre que pueda pintar
en su piel y acabar perdida, con los ojos cerrados volviéndose escrito sin sentido,
sin sonido, solo un murmullo que viaja por el viento sin consuelo,
esperando que alguien que deje libre a su alma pueda tocarlo…
Ella… mujer sin historia acabada o quizás una historia que pronto termine
cuando sus ojos se cierren y ella se haga poema en el cielo,
coloque acentos con las estrellas y entonces, sus palabras que se volverán viento,
luz de luna, sonido de lluvia, beso en secreto, amor apasionado, corazón acabado…
se vuelva musa e inspiración de tantos que como la luna misma….
Ella o yo, o quizás yo como ella, tal vez una misma en letras y letras que de pronto
comienzan a llenar un espacio en blanco donde existimos,
donde una historia cobra sentido, aquí donde me hago amante de las palabras
y cada letra se va posando en mi cuerpo mientras nacen secretos a veces confusos, a veces intensos,
tantos, tantos mas una lágrima en el tiempo…
Yo, ella, ambas una misma que formamos constelaciones en la piel y creamos
un paraíso a la pasión que siempre invocamos, recorriendo, sintiendo, acariciando,
terminando o iniciando un viaje al placer, ahí, a donde nos llevan las letras,
donde nacemos y morimos, donde tal vez apenas existimos…
Ella, y yo, soy ella…
de Mina