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Se ha demostrado que diversas especies de la fauna pueden generar vínculos afectivos donde la protección, la convivencia y la lealtad son conductas recíprocas. Aquí 10 casos reales.
"Los animales pueden establecer vínculos afectivos que nos ofrecen una lección de convivencia y lealtad", publica suite101.net. Y es que de acuerdo con este sitio web, aunque el término "amistad" es humano, los animales también crean vínculos aunque sean de diferente especie.
Esto de acuerdo con estudios realizados donde se ha encontrado que los animales son capaces de "tener conductas recíprocas y de protección". Por ejemplo, Anja Wasilewski, bióloga, descubrió que los caballos suelen tener más amistades que los burros, pero los burros tienen relaciones más duraderas. Así como se ha registrado que los caballos mantienen un vínculo de afecto con humanos, a quienes recuerdan por mucho tiempo.
Sobre lo mismo, la BBC publicó que investigadores llegaron a la conclusión de que las ballenas mantenían lazos duraderos de amistad y la máxima registrada entre dos animales de este tipo es una entre hembras, que duró 7 años.
Así también hay un estudio de apego entre murciélagos, donde se encontró que éstos pueden ayudar a un "amigo" cuando éste no ha comido, regurgitando su comida para compartirla.
Está la historia de Surya, el orangután, y Roscoe, un perro, quienes se volvieron amigos inseparables desde que se conocieron. Con imágenes de BBC Mundo y cracked.com, te presentamos varias pruebas de esos vínculos de protección y de amor entre animales.
Existe un libro llamado Unlikely Friendship, donde se recolectan imágenes de animales demostrándose amor. De ahí se tomó esta imagen de una paloma y un mono bebé que comparten una jaula en un centro de protección animal en China. Se dice que además de compartir la comida, dormían abrazados.
Esta es una imagen de una perra que tomó el papel de madre para un pequeño cerdo vietnamita
El gorila Koko nació en un zoológico de Estados Unidos, donde aprendió el lenguaje de señas y a entender algunas palabras en inglés. Koko le dijo que quería un gato a su entrenadora, ella le llevó a All Ball, con quien aparece en la foto.
Tigres gemelos de Sumatra fueron rechazados por sus padres, así como dos orangutanes bebés, a quienes mantuvieron y criaron juntos en un zoológico de Indonesia. De ahí nació una amistad entre los cuatro hasta que los separaron cuando ya eran "jóvenes".
Según los dueños de este Golden Retriever cachorro, todos los días se paraba a la orilla de un lago donde empezó una amistad con una carpa, pues se veían primero con curiosidad pero luego se transformó en amistad porque el cachorro iba todos los días y con el pez tocaban sus bocas.
Una mamá tigre tuvo 3 hijos prematuros, los que murieron al poco tiempo, por lo que sus cuidadores decidieron que adoptara cerditos, a los que disfrazaron de tigritos.
Aochan es el nombre de una serpiente japonesa que se negaba a comer ratones congelados que sus cuidadores le daban, fue entonces cuando a uno se le ocurrió ponerle un hámster enano vivo para que comiera, la sorpresa fue que no lo ingirió, por el contrario, estos animales se volvieron amigos. A Aochan se le volvió a alimentar con ratones congelados y vive alegremente con el hámster.
En la Reserva Samburu en Kenia, se encontró a una leona caminando con un bebé Oryx, gran sorpresa pues estos animales generalmente son presa de los leones. La leona había adoptado al Oryx como hijo y lo defendió de su propia especie y de otros depredadores, hasta el día en que luego de una siesta la leona despertó para encontrarse con que un león había matado a su hijo, a éste le rugió y luego se alejo para estar sola.
Una familia se encontró con la sorpresa de encontrar un gato enfermo en su jardín, cuando se dieron cuenta un cuervo se había acercado con comida en su pico para alimentar al gato. La familia humana adoptó al gato, pero el cuervo regresaba todos los días y el gato salía a jugar con él; esta dinámica la vivieron durante cinco años.
Un gato negro se acercaba a la jaula de un enorme oso negro en un zoológico de Berlín, pasaba horas mirando. Alguna vez logró ingresar a la jaula y compartió comida con el oso. Ante el hecho, los cuidadores del lugar decidieron hacerle un lugar especial al gato en la misma jaula. La reacción de ambos fue buena, se reconocieron y a la fecha viven en paz en el mismo espacio.
La cacatúa Coco y el gato Lucky, adoptados por una pareja estadounidense, se volvieron grandes amigos instantáneamente, según la autora. Aparecen en los videos de Coco acariciando el pelo del gato y de las bromas entre los dos son un éxito en internet.
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