Un día como el de hoy, pero del año 2006, muere, en Barcelona (España), “Copito de Nieve”, a causa de un cáncer de piel. A lo largo de su vida había tenido 21 hijos y 4 nietos, ninguno de ellos albino como él. El único gorila blanco conocido en el mundo, tenía 40 años, medía 163 centímetros de altura y pesaba 180 kilogramos. Fue descubierto en Guinea, en 1966, por casualidad, por un grupo de campesinos que habían decidido abatir a una manada de gorilas que se comían los frutos de la plantación de un granjero. Tras disparar a una hembra, encontraron al pequeño gorila blanco entre los brazos de su madre muerta. El color de su pelaje despertó el interés de sus captores, que lo vendieron al “Centro de Adaptación y Experimentación Zoológica” de Ikunde, una Institución que dependía del Zoo de Barcelona para estudiar la fauna de lo que entonces todavía era la Guinea española. El albinismo es un fenómeno que aparece con frecuencia en muchas especies, incluida la humana. El pelo blanco, la piel rosada y los ojos azules de “Copito”, lo convirtieron en un ejemplar único. Aquel mismo año, el primate fue enviado a Barcelona y despertó la curiosidad tanto del público como de los científicos que intentaron, sin éxito, obtener otro ejemplar de gorila albino. En 1997, tras la experiencia de la oveja Dolly, se llegó a plantear la opción de clonarlo, idea que fue desechada por el Ayuntamiento de Barcelona y el Zoo.