Cuando te fuiste y se me agrandó el infierno
en el no sé qué de mi existencia perpleja.
Es que te extrañaba infinito
que la luz de mi realidad se dispersó
cuando te giraste en la despedida.
Eras tanto y tanto que para siempre esta piel
respirará escondida en el rincón de tu mentiroso olvido.
Te fuíste, me dejaste queriéndome para siempre, lo sé,
por eso cuando me presientes escuchas : te amo.
Lo sé porque yo también te adivino en el aire que me roza.