Son tus silencios los que me hacen imaginar cosas. Son tus risas, tus comentarios, tus susurros a media voz, casi cortada, algo nerviosa, son esos momentos a media luz, a media sombra, lo que me gusta de tí.
Son tus manos entre las mías, tu cuerpo entre mis brazos, tus piernas dibujando un arco que me funde, me sacia y contamina, tus ojos anhelosos de amores, rumores, de fragancias y fantasías, que rompen todos los cálculos inventando nuevas teorías.
Eres esa sirena que suena en la lejanía. Eres la hoja de papel que se llena de poesías. Eres un paseo por el camino en la tarde, despacio, sin prisas.
Y me gusta tu silueta, tu sombra en la pared tu BUENASNOCHESMIAMOR, tus besos directos, como flechas de tu boca a mi boca. Las espinas parecen de miel, las penas,... son pompas de jabón que se explotan y ya no vuelven.
Pero lo que más me gusta es escuchar el sonido del amor cuando nos quedamos callados cuando nuestros corazones se vuelven locos lantiendo como uno solo y a la vez. Sin parar, sin hablar, sin querer retroceder. Besándonos más y más. Fundiéndose nuestra piel. Dejando que nuestras almas ardan en la hoguera del placer.
Moviendo los labios para decir algo y que las palabras se ahoguen sin pecado en las yemas de los dedos, benditos, sagrados, tiernos. Como si nos contáramos en silencio secretos que no pudiéramos esconder. Eso es lo que más me gusta. Eso es lo que más me gusta de ti, mujer.