Para los queridos hermanos de Haití, en esta hora de dolor, solo tenemos las oraciones y el abrazo espiritual para hacerles llegar todo nuestro amor, y pidiendo a Dios porque no pierdan la fe ni la esperanza, que con la ayuda de los países hermanos, puedan sobrellevar esta tragedia, y renacer de los escombros. Un abrazo en Cristo Jesús.
La tierra tembló en Haití
¡cuánto dolor ha dejado!,
incontables heridos,
desaparecidos y muertos;
por esos hermanos
los hombres se han unido
en una sola oración,
queriendo llevar apoyo y ayuda
¡en pocos segundos cuánta destrucción!
La tierra tembló en Haití
fue el fin del mundo para ellos,
niños, hombres, madres, viejitos,
el dolor es un solo grito
que transita por las calles;
solo Dios los acompaña
en esa desolación
con el único abrigo del cielo
porque ya no tienen casa.
Por ellos se alzarán las plegarias,
porque es lo que nuestras voces
y nuestras manos pueden ofrecerles,
los corazones del mundo
son ahora una sola alma,
abrazando a estos hermanos
que cayeron en desgracia.
¿Alcanzarán los rezos, las súplicas,
para tus niños huérfanos,
para la gente atrapada en los escombros?
¿Alcanzará un Padre Nuestro,
un Ave María, un Rosario?
¿Cómo ofrecerte el consuelo
por esas lágrimas que riegan
tus calles llenas de muertos?
La tierra tembló en Haití,
con el ruido ensordecedor,
gigantescas llamaradas
tiñeron las nubes de sangre,
imágenes dantescas,
gritos de desesperación,
¡cuánto dolor Haití
está viviendo tu pueblo!.
MARIA JOSÉ