Usted no entiende que la soledad es eterna,
que cuando se engancha no finge, y está.
Se queda para hacer sonar al vocablo en todo
lo que escribo por amar al amor.
No entiende que cuando empiezo a recordarlo
la ventana permanece para que entre su moraleja.
Hoy sentí que el idilio se desató cuando empecé
a leerlo, se entornaron los párpados, se desbocó
el pensamiento.
Usted no entiende que no soy ajena, que mi alma
se aleja hacia la fantasía, pero que es solo un cuadro
dentro de mi.
Estoy fuera porque la palabra se libera lo que agita
la poesía, me libera de las apariencias.
Me quedo dentro también porque no siempre digo
lo que siento como debiera.
Gira el mundo sin que me importe decirle que lo amo,
que es mio, todo mio.
Gira mi duende para explicarle al oido como quiero
adorarlo, que desde mi frágil dicho le digo que nunca
me alejaré de su lado porque no quiero cambiarlo.
Mi entequia me lleva a escribir, a replicar, teatralizar,
a la perversidad, a amar, a entrar en el mundo del verbo
ajeno.
Yo escribo porque mi sustancia lleva tinta para imprimir
lo que acoge mi sentimiento.
Quiero que sepa, que se de cuenta de que mi imaginación
es muy traviesa.
Que le quede claro que es solo él el que le da color a mi cielo.
Que el verso es la palabra que me inspira.
_MAREA_
ATENCIÓN: Esto lo escribí después de leer a Apocalypsis.
Que no es en réplica a su poesía, empecé con esa idea, pero a medida que
iba parodiando, me salió un soliloquio.