Mientras quedaré mirando el pequeño cuadro de mi Monalisa en la pinacoteca de mi pensamiento imaginario
Allí donde las neuronas, dentritas, cilindroejes,mielina y axones funcionarán con el máximo flujo operantivo, imbricadas todas a modo de entramado ramificado de hiedra y que lentamente se adhieren a mi corazón.
Será entonces cuando adquiera el sentido máximo la palabra amar, su punto culmen, amé del frotispicio de la existencia.
Reflejando en el espejo del alma que bien mereció la pena vivir, y contemplar la sonrisa de mi Monalisa amando todo lo que Dios nos dió.
Dime tu Gioconda querida, si tu sonrisa es real ó fingida, tal vez para enmascarar tu tristeza y no llorar. ¡ Qué daría por verte siempre alegre!