
A TODAS LAS MUJERES VICTIMAS DE LA VIOLENCIA FAMILIAR, QUE DEBEN RECIBIR EL APOYO DE SU FAMILIA, DE LA SOCIEDAD.
NO TENGAN MIEDO DE DENUNCIAR AL QUE LAS GOLPEA, AL QUE LAS MALTRATA. DESPUES PODRÍA SER DEMASIADO TARDE...
Una historia de amor que comenzó como otras
apasionados besos, palabras tiernas,
jurándonos querernos hasta siempre
así recuerdo que fue la nuestra;
a tu lado perdí la noción del tiempo,
me dejé llevar y perdí la cabeza.
Por las aguas de un río desconocido
me fui sin saber que me esperaba,
atrás dejé mis afectos y el sentido común
queriendo alcanzar un príncipe azul
y en un vuelo infernal despegué,
nunca más volvería a ser la que fui.
No pasó mucho tiempo después
cuando cayó al suelo tu máscara,
el hombre que adoré llevaba oculto
un monstruo entre mis sábanas;
tu boca y tus manos verdugos de mi cuerpo
gritaron insultos, lanzándome contra una pared,
coronándome de heridas con tus pies
si una vez me amaste nunca lo sabré,
quizá por tanto quererme querías castigarme,
por no ser la mujer con que soñaste;
en el piso tendida lloré mi amor pisoteado,
con la nariz sangrante y sin dignidad.
Te quería demasiado para acusarte,
tenía miedo de estar sola,
de que tu ira fuera más fuerte.
Recordé los consejos de mi madre,
¡benditos consejos!
Los remordimientos me acompañaron
para poder regresar otra vez al hogar
del que jamás debí salir;
en mi rostro quedó grabada tu huella
que aún llevo como un estigma
para no olvidarme nunca del hombre
que una vez dijo amarme como yo;
atrás quedaste y no supe más de ti,
si supiste el dolor que me causaste,
si te arrepentiste, si cambiaste…
de tu ira escapé, pero mi corazón
te perdonó desde el primer golpe
el resto de la historia solo lo sabe Dios.
MARIA JOSE