¡ Vete a Puno, hombre flotante de Titicaca, hombre expoliado de su tierra que la pesca ya se extingue y la totora ya cumplió su cometido. Vete a Puno, hombre ancestral que los juncos estan ya envejecidos y las islas flotantes solitarias quedan.
Levanta tu mirada a ese tu cielo que El te ayudará en tu resignación. Baja a la antiplanicie que aún abundantes papas quedan Ven amigo,alégrate, invitame a chicha mientras mascamos hojas de coca, que la vida ha de ser prolongada, y aún más, aquí en las alturas.
Vámonos de fiesta a Puno, éste primer domingo de Pentecostés, pero antes vísteme de suyu con las mejores lanas a modo de arcoiris de mil alegres colores. ¡Baila, baila hasta el amanecer! Presume tu galardón con inmenso placer.
Inca, hoy en tu nombre escribo, acordandome del Día de la Poesía, recordando tu inmensa cultura y escritura, de tus monumentos, Pachamama y alpaca. Porque tú, inca solidario, al anochecer siempre tienes para el amigo, un rincón para él.
India, escucha en la lejanía el eco de la flauta Pan
que con sus arpergios llegan al cielo y la Pachama y los Apus tu ofrenda te agradecerán.
Vámos, alegrate infinitamente, sonríe, que tenemos que bendecir a las alpacas, y orificar sus orejas introducidendo roja lana para así acompañarla de por vida.
No mueras Apus al peregrinar en las alturas, pués aun te queda adorar al Señor de Collorite, porque tu india, siempe venerarás, las montañas sagradas. Nunca olvides que la Puna muy pronto se cubrirá y arropará con su manto de nieve. ¡ Ay, Perú, cuanto te amo !.
Ai, gitanicaa no ze me ponga uté ansin mué que bien zabe cuanto quiero a mi Angentina de mi arma, yo le pio peddon y le ajencio un ozequio de un collá de pelac finac
suyo afectizimo gitananillo de lac cuevac del Zacromonte de la capitá de Graná.