Cuando te pienso... me resbalan tus besos en las comisuras de mis labios y en todo mi cuerpo. Cuando te pienso, navego por siete mares con mi cara al viento buscando con mi deseo la luz de tu faro para que me lleve de regreso… Cuando te pienso se me erizan todos mis vellos como diminutas espinas que se clavan en mi pecho. Cuando te pienso sólo pienso en los momentos en que nos miramos, y dejamos con la mirada… un beso. Cuando te pienso… te pienso y… enloquezco de pensar que algún día te tendré en mi firmamento. Cuando te pienso… me ahogo en el pensamiento, soñando con tenerte cerca, tirando mis caricias al viento… ¡OH mi Dios! Como anhelo… ¡Ese encuentro!