Sus ojos recorrieron su cuerpo.
Los cabellos de color rubio,resaltaban cuando cruzo la calle avanzando
hacia la cafeteria donde el desde los enormes ventanales la observaba.
En su cara habitaban unos ojos de color azul bellisimos.
No era muy alta, a pesar de esos tacones en los que se balanceaba todo su cuerpo.
Entro se acercó de frente hacia a el, sin mirarle, segura, con paso firme, dejando un aroma a jazmin.
Si verdaderamente todavía conservaba la belleza floreciente de la primavera, estando en el otoño de la vida.
Se dirijió hacia un extremo de la barra, con un gesto gracioso, pero estudiado, se sentó en el taburete, abrió el bolso y sacó un paquete de cigarrillos. Encendio uno y lentamente expulsó el humo que salió de entre unos labios perfilados e insinuantes. Esta vez sus ojos se enlazaron con los suyos, esbozó una sonrisa que dejó ver unos dientes blancos, simétricos, como guardianes de secretos inconfesables.
Su falda de color rojo ajustada y el jersey blanco, que hacia resaltar
su piel morena, dibujaban una tierra que invitaba al viaje.
El camarero la saludó con familiaridad, ella pidio un café, que fue bebiendo a pequeños sorbos.
Apagó el cigarrillo en el cenicero, dejó unas monedas, y en un gesto de dejadez bajó del taburete.
Dirigio sus pasos hacia la puerta de salida.
No sabia su nombre ni le interesaba.
Pero esa fue la primera vez que la vio, y el preámbulo del destino que
empezaba a tejerse.
Rosa ( Ventolera)
.- Autora: Rosa Moreno .-
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No era muy alta