 Introducción:
El amor del desamor es más amor que la misma muerte y aunque nadie la quiera ni la miente todos la tienen presente por eso yo, hoy, les quiero contar uno de mis locos pensamientos.
Los besos.
Así se va a titular. Los besos que uno da son como parte del alma que se escapan sin pensar.
Por ejemplo. Yo doy un beso a cualquiera y en mi cuerpo se libera una descarga de mí que llega hasta la otra persona y como el que no quiere la cosa, parece que se vuelven electricidad.
Otro ejemplo. Tu coges y me das uno, yo lo recibo encantado, incluso pienso que algo me está diciendo COMU te quiero.
Si, bueno, es un te quiero amistoso, que no va más allá, que se enciende y que se apaga y ya está, pero que en el momento que tu acercas la cara y la otra persona te lo da, saltan átomos de otras cargas, electrones o protones que se ponen colorados y sonríen y se abrazan con los electrones, protones y átomos de tus labios. ¿Me entiendes?
Mira, por ejemplo, tu vas y le das un beso a tu madre, o a tu padre o a tu hermano, o a tu novia o a una amiga, o a la amiga del amigo de la amiga de tu novia, vaya lío, en fin, que tu das un beso y a la otra persona se la pone una cara como de encantamiento, de aflojamiento en los músculos, y en las vértebras de la espalda que dan ganas de seguir. ¿no? Dios, pues, a lo mejor es a mi solo. Bueno, pues tu y tu, y tu, me los podéis dar sin pensar y sin reparos. Ok? Ale, ¿Empezamos? MMMMMMMMMMMMMUUUUAAAAAAAAAKKKKKKK.
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