Debiera estar prohibido cerrar los ojos
si no fuese para dormir.
Agarrar con nudo llano al vagón penúltimo
cada sueño decorado
cada extenuado arranque de Morfeo.
Debiese la inconsciencia atarse
un pañuelo en la alborada,
para enmudecer
los desnudos gestos
los implícitos recuerdos
los suspiros perfectos.
Debo hacer noctámbulas cuentas
cobrarle al traicionero sopor
sus escenarios realistas tan confusos.
Debiera estar prohibido cerrar los ojos...
si no es la alagarabía de esa gota,
que se dedicó a deslizarse en mi cuello,
la que aparece ineludible
creyendo que es un tormento.