Pensábamos que íbamos a ser amantes de ocasión,
pero volvíamos una y otra vez.
Porque llegada la vez cada instante de sexo
era entrega larga de tanto amor guardado.
Volvíamos porque la distancia
se hacía corta con pensarnos.
El deseo era mas que eso
cuando como amantes nos mirábamos hasta el infinito y
nos rompíamos en un quejido de éxtasis.
_MAREA_