COMU SE VA A LA CAMA
A veces uno escribe
pensando en que alguien lo leerá.
Y pienso yo:
¿Quién será?
¿Quién se decidirá a leer
las bobadas, las imaginaciones,
las emociones que me asaltan
cada vez que emborrono esta pantalla
y luego me paro a mirar?
El caso es
que escribiendo,
no sé,
es como si enviara
una carta al espacio.
Y dentro de mí,
pienso en ti.
No es que seas alguien de carne y hueso
ni nadie que sepa o conozca,
es como si,
de repente,
tus ojos,
tu mirada,
esa que escucha mis palabras,
aunque sean escritas,
se muestra tan real
que me parece verte.
Seas lector,
o lectora.
Seas romántico
o soñadora,
cuando pasas por aquí
te estoy dejando mi huella.
Sin querer,
sin responder,
sin decir si vas a volver,
ni nada,
creo que algo de mí
se va contigo.
Y en tu pensamiento sigo
hasta que vuelvas.
Como las frases ésas
que se nos quedan grabadas,
como la imagen ésa
que se fotografía en la cabeza
y nos aparece sin más.
Y así,
sin más,
el COMU,
el chache,
el niño de los sueños brillantes,
se va a la cama.
¡Ójala,
tengas un buen día,
mañana!
COMUNERO