LOS DOS, LOS DOS
Esta tarde,
paseando,
vi una flor en la cuneta.
¿Qué hace usted?
Pregunté,
todavía no es primavera.
Ya lo sé,
me contestó,
ya sabía que no era,
pero dije
¿A qué esperar?,
¿O qué pasa
es usted
quién ha de decir
ora dormir, ora despertar?
¿O acaso usted por la noche
cuando todo está en tinieblas
le dice a la luna
LUNA maja, hoy no salgas,
sal mañana?
Pues si, es verdad,
dije yo,
perdone usted la indiscrección,
aunque así, al verla aquí,
creí que era una equivocación.
Pues no, no señor,
he brotado
y mis pétalos he asomado
porque quiero
y por que si.
Jajaja, me reí.
Joer con la florecilla.
Joer con el hombretón,
me contestó.
Oiga usted, doña flor,
dígame, caballero,
me hace gracia esta conversación,
y no quiero que se enfade.
Jajaja, se rió,
¿Yo enfadarme?
No señor.
¿Y mañana? ¿Estará?
Si Dios quiere,
aquí estaré.
Pues mañana por la tarde
cuando el paseo salga a dar
pasaré por aquí
y la pienso saludar.
Si, si, si,
hágalo,
y cuénteme lo que vea
o lo que escuche,
o lo que en ese momento sienta,
También me gusta escribir,
¿Ah si?
Si,
¿Y qué escribe?
Poemas.
Madrecita de mi vida,
quién me iba a decir a mi
que me encontraría con un poeta, jaja
¿Y a mi,
quién me iba a decir
que hablaría con una flor
en otoño en vez de en Primavera?
Jajaja, qué loco estoy.
Jajaja, los dos, querido amigo, los dos.
COMUNERO