Puede aguantar tempestades ver rugir al mar bravío
Soportar dolores viejos que van prendidos al alma
Más un pobre corazón jamás podrá acostumbrarse
A ver el rostro de un hijo cuando lo surca una lágrima.
Un sentimiento tan hondo nos va calando por dentro
Esa impotencia inaudita de no poder consolarlo
Aunque cada pedacito de nuestro cuerpo sea suyo
La tristeza que sentimos por su dolor que es el nuestro.
Quisiéramos tener siempre aquellas palabras justas
Con el poder persuasivo que alivianen su dolor
Que la tristeza se vaya para siempre de su vida
Y t ener el Don Divino de alejar lo que le asusta .
Por más que sean penitas pequeñas y casi tontas
Para ellos es un mundo que no pueden manejar
Y buscamos las palabras que consigan consolarlos
Sabiendo que nunca es fácil si es nuestro hijo quién llora.
Con muchos mimos y besos sorbemos las lagrimitas
Quisiéramos resguardarlos sin recordar que crecieron
Siempre serán nuestros niños nuestros hijos adorados
Podemos ser gladiadores por regalarles sonrisas.
Cuando sufren nuestros hijos está prohibido flaquear
Nos tragamos la tristeza para ser puerto seguro
Que sepan que nuestros brazos siempre serán su cobijo
Y enseñarles que en la vida siempre se aprende a volar…
BEATRIZ54