
AMOR INVENCIBLE
Si de pronto el amor te habla de mí en un susurro
y te sorprende,
no temas, por favor escucha
y déjate llevar confiada sobre sus relucientes alas.
Y permite que en su vuelo
te muestre los tesoros que guardo en el alma
para venerarte
porque siempre vives en mis pensamientos.
Y deja también
que te revele cuanto te amo
con amor puro y sano
desde antes de conocerte.
Más ahora que has despertado a mi vera
de tu largo sueño,
como en la vieja fábula,
te confieso francamente mi bella durmiente
que aún de niño te añoraba,
contemplando tu imagen en mi libro de cuentos
donde eras mi heroína y princesa soñada.
Así fue como crecí, pensando solo en ti
y tratando de encontrar las palabras
para poder decirte cuanto te amo,
pero mientras te esperaba más te amaba,
y siempre me faltaban las palabras
para lograr decirte cuanto te amo,
es por eso que ahora
solo el amor te hablará por mí.
Entonces, tierna y dulce flor de ensueño,
si el destino ha querido
forjar este amor a fuego vivo
y algo tarde nos ha reunido,
solo ignora el que dirán
y deja que la gente comente con asombro
de la cándida doncella junto a un lobo cazador,
de la frágil pichoncita de paloma junto al fiero gavilán,
de la graciosa y traviesa gacela
junto al tigre maduro y carnicero.
Y en suma, de la joven mujer adolescente
junto al hombre ya vivido.
¿Y qué lazo es que nos une?
Sino el lazo del amor que todo lo puede,
cual enésima versión de la bella y la bestia.
Deja entonces que la noche
oculte nuestra imagen de los ojos curiosos
con su discreto manto,
deja entonces que la noche
encubra nuestro idilio con su negro crespón.
Deja que la noche nos encierre en esta habitación,
donde al fin te haré mía,
rendida y atrapada entre mi ardiente fuego
y las tibias y etéreas sabanas de seda.
Deja pues que la noche nos abrace,
que nos abrigue
y nos embriague
hasta que salga el sol.
Deja que por fin podamos confundirnos
en este mundo raro,
donde todo es posible,
donde cerca en el espacio y lejos en el tiempo
juntos perduraremos
con amor invencible.
JUAN EDUARDO