TÚ.
Al sonido de tu voz,
amor mío,
se han puesto en pie
todos los bosques
calcinados
y han reverdecido las
acacias,
los chopos, los
sauces, los olmos,
los cedros, las
encinas y los robles.
Al contacto de tus
manos
han florecido de
nuevo los rosales,
las margaritas, la
albahaca y el tomillo,
el romaní y la
madreselva,
y se han llenado los
prados
de hermosas flores
silvestres.
Al susurro de tus
dedos
han resurgido todos
los mares dormidos,
las playas de blanca
arena,
los ríos y las
cascadas
y se han llenado de
aves
las exóticas
marismas.
A la luz de tu mirada
se han abierto las
tumbas
de todos los parnasos
y las musas,
resucitadas,
han invadido la
tierra.
Al calor de tus
pechos, amada mía,
se han llenado de
vida
todas las células de
mi cuerpo.
Ramón Pierrá
20.08.2011/14:56/p12.407
A vuelapluma.