ÓJALA, DIOSS, ÓJALA
Seguramente en el cielo
haya alguien que nos mira.
Y seguramente ese alguien
apunta en una libreta
las cosas que haga o diga.
Estoy seguro que allí
también leen estos poemas.
Y seguramente se ríe
o puede que quizás suspira
soñando como yo lo hago
cuando escribo estas tonterías.
Seguramente que Dios
cuando tiene un rato
pasa a echar un vistazo
y se hace una copia
para leerla en su despacho
más tranquilo y sin prisas.
A veces me gustaría
estar un día en el cielo
por ver cómo es aquello
y saludar a la familia.
Recordar los viejos tiempos
comer y cenar con todos,
y a la hora de acostar
dormir relajado y con la alegría
de que siguen igual
despertando en mi cama
al otro día.
despertando en mi cama
al otro día.
Ójala, Dioss, ójala.
Que nadie esté triste,
que todos estén contentos,
que nos esperen siempre
con los brazos abiertos.
Que la vida allí sea felicidad,
que sonreír sea igual
que reír de verdad.
Y que nadie llore,
y que nadie sufra,
y que todo vuelva a ser
como cuando de niño jugaba
a ver quién corría más...
Ójala, Dioss, ójala.
COMUNERO