SÉ FELIZ
A veces cuando escribo
sueño que vas a venir.
Que te vas a sentar delante
sobre la alfombra,
con tu mirada ansiosa
y las manos aferradas.
Y sueño que ahora mismo,
mientras lees esto,
pones tu cara de niña buena,
tu sonrisa picarona,
un hombro que sube
otro que baja,
y me sacas la lengua,
jajaja.
Pienso que me escuchas
que todo lo que te estoy escribiendo
lo estás oyendo sin yo hablar.
Es como si estuviéramos conectados.
Como si mis letras pasaran
de la grafía física
a un nivel sentimental.
¿No te parece
que los poemas son como
escuchar música
pero leyendo?
A mí me pasa eso.
Es como si al escribir
sintiera que toco las teclas de un piano,
o las cuerdas de un violín,
o de una guitarra,
y el sonido de una flauta en el campo.
Me encanta escribir.
Y me encanta que vengas
todas las tardes y todas las noches
y todos los días
a dar una vuelta.
Me encanta que sigas sin perder
esas ganas de inspeccionar,
de preguntar por qué,
y yo, ignorante de todo,
me invento mil cuentos
para que tu seas feliz.
COMUNERO